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jueves, 15 de septiembre de 2011

TRABAJO INFANTIL Industria de la moda dice no al algodón uzbeko


Por Melanie Haider

NUEVA YORK, sep (IPS) - Mientras la Semana de la Moda transcurre en Nueva York, Milán y Londres, más de 60 empresas estadounidenses y europeas de la vestimenta se comprometen públicamente a no comprar algodón cosechado por niños y niñas en Uzbekistán.

Según estimaciones de activistas que informan desde el terreno, cada otoño se movilizan entre 1,5 y dos millones de niños para trabajar en la industria algodonera de Uzbekistán, señaló Steve Swerdlow, investigador de asuntos de ese país en Human Rights Watch (HRW).

Mientras los niños de muchas partes del mundo inician la escuela, en Uzbekistán son obligados a recoger algodón, al tiempo que viven en condiciones críticas, con hambre y extenuados y con salarios escasos o inexistentes. Se trata de pequeños de incluso 10 años de edad, que realizan estas tareas dos meses al año, indican organizaciones de derechos humanos.

El gobierno uzbeko ratificó dos convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre trabajo infantil en 2008, pero según el informe mundial 2011 de HRW no se dio "ningún paso significativo" para implementarlas.

No se permitió a observadores independientes de la OIT ingresar al país para determinar si se viola la prohibición del trabajo infantil en la industria algodonera. Durante una década también se negó el acceso a todos los expertos independientes en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que recibieron informes de abusos en este sentido.

Además del trabajo infantil, agencias de la ONU recibieron información sobre torturas sistemáticas, entre otras muchas violaciones a los derechos humanos.

El otoño boreal marca el inicio de la temporada de cosecha, y esta semana surgieron informes según los cuales se movilizaron estudiantes para recoger algodón en la sureña provincia de Surkhandarya.

De acuerdo con Swerdlow, adolescentes de entre 14 y 16 años, y posiblemente menores, fueron forzados a trabajar en los cultivos.

Entre las empresas que esta semana se comprometieron a no comprarle algodón a Uzbekistán figuran Adidas, la American Apparel and Footwear Association, Burberry, Macy's Inc. y la Walt Disney Company.

Estas firmas dijeron que mantendrán su compromiso hasta que se permita a la OIT ingresar al país para verificar que cesó el trabajo infantil.

Patricia Jurewicz, directora de la Responsible Sourcing Network, coordinó la campaña y comunicó el compromiso de las compañías.

Que grandes empresas que constituyen un gran porcentaje del mercado firmen este compromiso transmite al gobierno uzbeko y a los comerciantes internacionales de algodón el mensaje de que el trabajo infantil es inaceptable, dijo.

"El valor del compromiso es unir a la industria para poder trabajar juntos (contra) el trabajo infantil", declaró a IPS.

"El compromiso es el primer paso. El segundo es comunicarse no solamente con las fábricas que confeccionan las vestimentas sino también con los hilanderos (…) y los comerciantes de algodón sin procesar, que lo venden a las fábricas", explicó Jurewicz.

Pero algunas organizaciones de derechos humanos creen que es demasiado débil la respuesta internacional a los serios abusos que se cometen en Uzbekistán.

Swerdlow dijo que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han mostrado interés en comprometerse con el gobierno uzbeko en asuntos de seguridad, pero que la respuesta a la situación de derechos humanos ha quedado rezagada "demasiado a menudo".

"Creemos que socios internacionales de Uzbekistán como Estados Unidos y la UE deberían manifestarse más públicamente y con más frecuencia sobre los pésimos antecedentes del gobierno uzbeko en materia de derechos humanos, e imponer consecuencias políticas concretas cuando no se logren mejoras", sostuvo.

Actualmente Washington intenta garantizar la ampliación de un acuerdo que permita a Estados Unidos y a sus aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) enviar a través de Uzbekistán suministros y equipos a sus fuerzas apostadas en Afganistán.

El presidente Barack Obama se comprometió a retirar 30.000 soldados estadounidenses de Afganistán para fines del próximo verano boreal, y la OTAN planea retirar a todas sus fuerzas para 2014. En este contexto, el Pentágono quiere asegurarse de que Uzbekistán permita que los suministros atraviesen su territorio en ambas direcciones.

Swerdlow dijo a IPS que documentó abusos a los derechos humanos en Uzbekistán para Human Rights Watch hasta que, a fines del año pasado, el Ministerio de Justicia de ese país le negó un permiso de trabajo y cerró la oficina de HRW allí.

Desde la masacre en la prisión uzbeka de Andiján, que tuvo lugar en 2005, cuando el Servicio de Seguridad Nacional disparó contra manifestantes y, según algunas fuentes externas, mató a cientos, HRW y otras organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación tuvieron prohibido operar en Uzbekistán.

"Nos mantenemos en contacto con activistas que informan sobre el trabajo infantil con gran valentía y poniendo en riesgo sus propias vidas. Hasta que el gobierno uzbeko le permita a la OIT enviar una misión de evaluación no habrá pruebas de que esta práctica cesó", dijo Swerdlow.

Jeff Goldstein es un exespecialista en temas soviéticos del Open Society Institute en Washington, y ahora es responsable de apoyar el cabildeo para los programas de esa entidad en la ex Unión Soviética y en Mongolia.

Según él, varias empresas asumieron antes compromisos como éste, pero con el inicio de la cosecha de este año cree que es un buen momento para reiterarlos.

"Es muy bueno que tantas marcas hayan señalado que no quieren obtener algodón de Uzbekistán a causa del trabajo infantil. Obviamente me gustaría que más empresas se les unieran y que la combinación de este compromiso y la cancelación por parte de la firma IMG del espectáculo de Gulnara Karimova (hija del presidente uzbeko Islam Karímov) programado para Nueva York llame la atención de más compañías, y que más acuerden no comprarle algodón a Uzbekistán", planteó Goldstein.

Jurewicz considera que "es el momento correcto para hacer y reclamar un cambio".

"Los consumidores no quieren que sean niños quienes recolecten el algodón que se usa en sus ropas", dijo.(FIN/2011)

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