Lanzamiento de la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos

La Fundación Luisa Hairabedian presenta la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos que tiene como objetivo informar sobre congresos, actualidad, seminarios, publicaciones, conferencias, bibliografía y postgrados relacionados a Ciencias Sociales, Estudios sobre Genocidio, Diáspora Armenia y temáticas afines

lunes, 5 de septiembre de 2011

Henry Theriault planteó la reparación del Genocidio Armenio y Ara Papian valorizó la vigencia del laudo arbitral de Wilson


En el Centro Cultural de la Cooperación
  
        

Henry Theriault y Ara Papian, dos importantes estudiosos de las relaciones internacionales y de las responsabilidades de los estados, disertaron el jueves 21 de julio a las 19 horas en la conferencia titulada “Genocidio de los armenios: reconocimiento y reparación” organizada por Consejo Nacional Armenio (CNA) de Sudamérica.


La apertura estuvo a cargo del Dr. Khatchik Derghougassian, presidente del CNA regional, quien explicó el valor del tema y la importancia del aporte de los expositores convocados. Por su parte, el Dr. Hagop Tabakian, Director del CNA de Sudamérica, presentó a los importantes oradores y los rasgos principales de sus biografías.

El pensamiento de Henry Theriault

El primer expositor dijo que en la comunidad armenia se está hablando de por qué no se debería hablar de la reparación. “Hay que saber cómo poder responder efectivamente, a estos planteos” afirmó el orador.

Cuando se habla acerca del daño provocado por el Genocidio, es importante explicar cuáles son para ver la importancia de la reparación. Se habla de la reparación, y también del daño que persiste hoy. No con únicamente los daños que se produjeron en el pasado, que probablemente requieran otro abordaje. Se habla de las secuelas que persisten hoy, tanto para la República de Armenia, como para las comunidades de la Diáspora, especialmente, para quienes residen en Turquía.

Haber perdido a 1.500.000 personas, no se limita sólo a la muerte de esas personas. También se ha impedido todo lo que esas personas podían haber hecho, tanto para la comunidad armenia, como para el resto del mundo: todo lo que podían haber construido, las familias que podían haber tenido, las vidas que podían haber llevado.

Por otra parte, para los sobrevivientes del Genocidio, obviamente es el trauma y sus efectos. Y no sólo eso, sino también la pobreza extrema que sufrieron después del Genocidio, que también afectó a las familias, que podían haber sido mucho más productivas de lo que fueron, llevando una vida distinta.

Entre los traumas, se mencionó uno que es de vital importancia: la violación de las mujeres y las niñas armenias y cómo afectó en sus vidas y los efectos a largo plazo. Además, importan los cambios que se produjeron desde el punto de vista material. Por ejemplo, los armenios tenían grandes extensiones de tierra en Turquía. Todas estas tierras fueron confiscadas. Deduzcan todas las riquezas que se les arrebataron a los armenios. Cuando hablamos de riquezas, hablamos de empresas, oro, joyas, etc. Pero se fue mucho más allá aún: los turcos robaron la vajilla, la ropa, todo, literalmente, lo que tenían en el momento de la deportación. Pensemos cuánto se gasta solo en ropa, cómo se enriquecieron esas personas. Hablemos no sólo de los que cometían esos robos, sino también, de las autoridades.

También tenemos que pensar en los intereses de toda esa riqueza. Lo que podrían haber producido las empresas. Todo eso que se les arrebató a los armenios, fue a enriquecer al Estado turco y a algunos turcos, que hoy son adinerados.

Pensemos en todos los otros daños: en las redes sociales, en las redes económicas, en las estructuras políticas, en las instituciones religiosas, en las educativas, en las prácticas culturales, que en algunos casos se vieron afectadas y en otros casos, totalmente perdidas por completo. Se  perdieron las estructuras familiares, el sentido de comunidad, de identidad y el idioma.

Pensemos en la lucha, para poder preservar esa identidad. (incluso en la lucha de los armenios soviéticos), en la lucha por preservar los lazos culturales, y en algunos casos, para preservar su mera existencia. No se puede desmerecer para nada, los esfuerzos desde el interior y desde el exterior de la república, tendientes a la reconstrucción, desde la época del Genocidio. Pero pensemos en todo lo que se habría podido construir, de no haber existido el Genocidio.

Pensemos por ejemplo, en el tamaño de la población armenia. En particular, en relación a Turquía, tenemos una república muy pequeña, con aproximadamente 3 millones de personas. Y esta república tiene que enfrentarse con un vecino gigante, muy rico, y muy hostil.

Un académico muy importante hizo el cálculo que, aunque hubiera existido el Genocidio, si se hubiera permitido la existencia de los territorios de la República de 1918, Armenia hoy tendría 20 millones de personas.

Una República con esa extensión de tierra y con esa población posible, tendría una posición completamente distinta hoy, frente a Turquía. Y como resultado de este genocidio, -y esto es válido para cualquier pueblo que haya sufrido genocidio-, es que el daño que los perpetradores aplicaron sobre las víctimas. Eso les genera un poder que después mantienen sobre los sobrevivientes. Y los sobrevivientes tienen que luchar contra ese poder.

Si pensamos en estos daños que son inherentemente injustos, y las ganancias que generó el Genocidio, no sólo para el Estado turco, sino para muchos individuos turcos, vemos que la reparación es lo moralmente correcto. Y además, la reparación es el elemento esencial para el futuro de los armenios, para poder tener a futuro, una república, una identidad y una diáspora vibrante.

Teniendo estas ideas en cuenta, dijo Theriault que aceptó realizar este pedido de la FRA, para realizar un informe académico. No un informe político, sino un informe académico, acerca de la reparación: por qué está justificada la reparación; de qué hablamos, cuando hablamos de reparación; y cuál es la reparación que consideramos que el Estado turco debería dar a los armenios.

Este informe, entonces, permite obrar con distintas secciones y de cada una en detalle. Además de describir en profundidad todos los daños que fueron provocados por el Genocidio, de hablar de la historia del Genocidio, tenemos toda una sección a cargo de un miembro prominente relacionado con las Naciones Unidas, quien es el encargado de abordar desde el enfoque del derecho internacional, y demostrar por qué corresponde el pago de reparación, dando el marco jurídico, explicando por qué el derecho internacional exige reparaciones en caso de violación a los derechos humanos, tales como los genocidios. La segunda sección esta a cargo del Embajador Papian, quien explicará el tema de los efectos de los tratados, en cuanto al tema de la reparación.

La tercera parte, la escribí yo, desde mi papel de filósofo, y habla de las justificaciones éticas de la reparación. La cuarta parte,  estuvo a cargo de un académico jamaiquino, a quien conocí a través de otros contactos. Él estaba muy interesado en colaborar con el grupo, en la obra. Y desarrolló esta idea muy innovadora de una comisión de verdad y reparación. Porque la creación de una comisión de este tipo, es lo que permitiría comprometer o atraer a los turcos para integrarla y que acepten la idea de la reparación.

Los conceptos del Dr. Ara Papian

El ex Embajador de Armenia en Canadá definió las cuestiones principales referidas a los reclamos territoriales a la Turquía moderna. Bajo el derecho internacional se pueden clasificar los reclamos en tres distintos niveles: el nivel individual o privado, el nivel comunitario o de grupos organizados; y el nivel nacional o de los estados.

Es sabido que algunos armenios han tenido éxito en el nivel individual, reclamando tierras o propiedades de manos de los turcos. Recientemente, la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó una resolución exigiendo la restitución de las iglesias y de las propiedades comunitarias, de los turcos a los armenios.

En cuanto al tercer nivel, se consideran las posesiones del estado armenio, que es a lo que se ha referido Papian en su investigación. A través de la historia, en relación a la definición de los límites entre el estado turco y la República de Armenia, existen referencias de tres documentos jurídicos entre 1918 y 1933. Algunos de estos documentos hablan de los temas de fronteras, directamente. Otros, hablan indirectamente de las fronteras. Hay que evaluar cuáles de ellos son instrumentos válidos para el derecho internacional, y cuáles, no.

Los turcos tratan de negar el derecho a la restitución de los territorios, amparándose en el Tratado de Alexantropol, o en el de Kars, o en el de Moscú. También durante los Protocolos, hicieron frecuentes referencias a estos tratados.

Antes de hablar de cada uno de estos instrumentos, debe determinarse si es válido desde el punto de vista jurídico, o no. Debemos ver si estos tratados tienen fuerza vinculante, con fuerza jurídica. Debemos remitirnos para ello, al artículo 2 de la convención de Viena sobre el derecho de los tratados, que establece que “tratado” significa un acuerdo internacional celebrado entre estados, por escrito, regido por el derecho internacional. A la luz de este artículo, vemos que muchos de esos llamados tratados, ni siquiera revisten ese carácter. No son tratados a la luz del derecho internacional y por lo tanto, carecen de valor legal.

Cuando vemos los detalles del Tratado de Alexandropol, vemos que no es un instumento legal válido, porque en ese entonces, Turquía no estaba representada por un gobierno válido. El gobierno de Kemal no estaba reconocido como tal y el gobierno de Armenia había dimitido el 2 de diciembre de 1920 y ya había entrado el poder de la fuerza ocupadora. Algo parecido sucede con el tratado de Moscú y con el de Kars. En ninguno de estos casos, los estados tenían una representación legal válida. En el Tratado de Moscú se ve que el gobierno bolchevique no era sujeto de derecho internacional, sino hasta que fue reconocido oficialmente por Gran Bretaña en 1924.

Esto significa que debemos ver cuáles son los documentos que establecen las fronteras entre Turquía y Armenia y debemos remitirnos al Tratado de Sevres. A pesar de que este tratado no ha sido formalmente ratificado, Papian explicó por qué es válido, al menos, respecto de la definición de las fronteras entre los dos estados. Y también, el tratado de Lausana, que vendría a ratificar lo que se había establecido en ese tratado, a pesar de que muchas veces se niegue su fuerza.

Las importantes alocuciones motivaron numerosas preguntas de la interesada audiencia. Las respuestas de los expositores atendieron todas las inquietudes, respondiendo a todos.

Cronista
Fuente: DIARIO ARMENIA


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