Por Sanjay Suri
LONDRES, sep (IPS) - Los regímenes musulmanes buscan reglas y precedentes para justificar ejecuciones en nombre del Islam. Pero ignoran 13 disposiciones en el Corán que conmutan la pena capital por castigos menores.
Así lo explicó el parlamentario sirio Mohammad Al-Habash, director del Centro de Estudios Islámicos de Damasco.
Varios regímenes aplican la pena de muerte para muchos crímenes mencionados en el Corán, dijo Habash a IPS en una conferencia sobre pena de muerte organizada esta semana en Londres por el grupo de derechos humanos Reforma Penal internacional.
"En la ley de Mauritania hay 361 crímenes que pueden derivar en la pena de muerte. En Yemen hay 312, y lo mismo en Arabia Saudita. Pero en el Sagrado Corán existe solo uno", dijo.
Solamente existe el mandamiento de la pena capital para el asesinato, subrayó Habash. Pero, en forma paralela, hay 13 herramientas para que un juez cancele una ejecución, señaló.
"La shariá (ley islámica) le pide al magistrado que utilice esas 13 herramientas para tratar de evitar la pena de muerte", agregó.
Según el Corán, los parientes de una víctima pueden eximir de culpa al criminal. "Todos los miembros de la familia tienen derecho a absolver. Si en 20 días dicen perdonar al ofensor, o que desean la Dia (compensación financiera), el juez debe suspender la pena de muerte", señaló.
"Aun si lo dice un pequeño miembro de la familia, un niño, el juez debe suspender la sentencia y esperar a que cumpla 18 años para que confirme si quiere la pena de muerte o no", agregó.
Un magistrado que aplica la shariá no puede en ningún caso ordenar una ejecución sin primero considerar la posición de la familia de la víctima, explicó Habash. El derecho a demandar o perdonar lo tienen primeros los parientes, no el juez.
Otra provisión del Corán establece que el magistrado debe rechazar la pena capital si existen dudas sobre la culpabilidad del acusado. Por ejemplo, "si el asesino estuvo bajo la influencia del alcohol, o si no comprendió que podía ser castigado por ese crimen".
Pero Habash reconoció que esto no era tan simple como leer o interpretar el Corán. "Se necesita también prestar atención a la historia de la herencia islámica", dijo. La pena de muerte viene más de la tradición que de un texto del Corán, explicó.
"La legislación islámica es en sí misma resultado de las prácticas de los tribunales durante la historia. En la historia musulmana, como en la historia del cristianismo o en la historia europea, se puede encontrar un gran uso de la pena capital. Es la tradición, no el libro", subrayó.
Pero la cuestión va más allá de las diferencias sobre una interpretación del texto o de la tradición.
Como había dicho a IPS Mustapha Bouhandi, profesor de religiones comparadas en Casablanca, Marruecos, los países árabes mantienen el máximo castigo porque "no quieren perder su instrumento más valioso de represión".
"La pena capital es para ellos un medio efectivo de eliminar a los líderes de la oposición, o al menos intimidarlos y frenarlos", señaló.
Con frecuencia estos opositores son ejecutados sin juicio, e incluso sin que se enteren sus familias o puedan preparar un funeral, dijo Bouhandi. "Donde sí hay juicios, el sistema judicial no goza de buena reputación. Depende de los deseos de los que gobiernan. Cada sentencia de muerte, incluso en casos no políticos, está influenciada políticamente".
Maryam Namazie, del Consejo de Ex Musulmanes de Gran Bretaña y de la organización Derechos Iguales Ahora, dijo a IPS en una entrevista previa que la aplicación de la pena de muerte estaba estrechamente relacionada con la situación política en esos países.
"El Islam no es fundamentalmente diferente de otras religiones, en las que la muerte es ordenada para varias transgresiones", señaló. "Sin embargo, como está vinculado a un movimiento político con poder estatal en muchos casos, el medievalismo del mandamiento religioso se convierte en ley del país".
"Por eso en Irán, por ejemplo, la lapidación es una forma legal de ejecución. La ley incluso especifica el tamaño de la piedra que debe ser usada para matar a alguien. Claramente, cuando la ley y en muchos casos el Estado están divinamente ordenados, abolir la pena de muerte se hace más difícil", agregó.
Pero para cambiar las legislaciones en esos países se necesitaría revisar qué realmente viene del Corán y qué de la tradición.
Habash opinó, como lo hacen muchos otros eruditos islámicos, que "este castigo pertenece al antiguo testamento" del Islam. "El profeta Mahoma intentó usarlo por algunos años. Después de eso el Sagrado Corán dijo: No, y fue cancelado", indicó.
"Existen divisiones sobre esto dentro del Islam", reconoció Habash. "Algunos expertos creen que tenemos que seguir las tradiciones del profeta Mahoma, y sostienen que no hay pruebas suficientes de que el castigo haya sido realmente cancelado".
Esas discrepancias han motivado diferencias entre los países islámicos sobre el castigo al adulterio, por ejemplo. En algunos casos se realiza la ejecución por lapidación. Otros aplican la pena establecida en el propio Corán, de hasta 100 latigazos, señaló Habash.
La mayoría de los países islámicos rechazan la ejecución de los que cometen adulterio, indicó. "Se puede ver que ese castigo lo aplica el (movimiento islamista afgano) Talibán y en Somalia. Pero incluso en Arabia Saudita no he escuchado de ese castigo por al menos 30 años", dijo.
Varios regímenes aplican la pena de muerte para muchos crímenes mencionados en el Corán, dijo Habash a IPS en una conferencia sobre pena de muerte organizada esta semana en Londres por el grupo de derechos humanos Reforma Penal internacional.
"En la ley de Mauritania hay 361 crímenes que pueden derivar en la pena de muerte. En Yemen hay 312, y lo mismo en Arabia Saudita. Pero en el Sagrado Corán existe solo uno", dijo.
Solamente existe el mandamiento de la pena capital para el asesinato, subrayó Habash. Pero, en forma paralela, hay 13 herramientas para que un juez cancele una ejecución, señaló.
"La shariá (ley islámica) le pide al magistrado que utilice esas 13 herramientas para tratar de evitar la pena de muerte", agregó.
Según el Corán, los parientes de una víctima pueden eximir de culpa al criminal. "Todos los miembros de la familia tienen derecho a absolver. Si en 20 días dicen perdonar al ofensor, o que desean la Dia (compensación financiera), el juez debe suspender la pena de muerte", señaló.
"Aun si lo dice un pequeño miembro de la familia, un niño, el juez debe suspender la sentencia y esperar a que cumpla 18 años para que confirme si quiere la pena de muerte o no", agregó.
Un magistrado que aplica la shariá no puede en ningún caso ordenar una ejecución sin primero considerar la posición de la familia de la víctima, explicó Habash. El derecho a demandar o perdonar lo tienen primeros los parientes, no el juez.
Otra provisión del Corán establece que el magistrado debe rechazar la pena capital si existen dudas sobre la culpabilidad del acusado. Por ejemplo, "si el asesino estuvo bajo la influencia del alcohol, o si no comprendió que podía ser castigado por ese crimen".
Pero Habash reconoció que esto no era tan simple como leer o interpretar el Corán. "Se necesita también prestar atención a la historia de la herencia islámica", dijo. La pena de muerte viene más de la tradición que de un texto del Corán, explicó.
"La legislación islámica es en sí misma resultado de las prácticas de los tribunales durante la historia. En la historia musulmana, como en la historia del cristianismo o en la historia europea, se puede encontrar un gran uso de la pena capital. Es la tradición, no el libro", subrayó.
Pero la cuestión va más allá de las diferencias sobre una interpretación del texto o de la tradición.
Como había dicho a IPS Mustapha Bouhandi, profesor de religiones comparadas en Casablanca, Marruecos, los países árabes mantienen el máximo castigo porque "no quieren perder su instrumento más valioso de represión".
"La pena capital es para ellos un medio efectivo de eliminar a los líderes de la oposición, o al menos intimidarlos y frenarlos", señaló.
Con frecuencia estos opositores son ejecutados sin juicio, e incluso sin que se enteren sus familias o puedan preparar un funeral, dijo Bouhandi. "Donde sí hay juicios, el sistema judicial no goza de buena reputación. Depende de los deseos de los que gobiernan. Cada sentencia de muerte, incluso en casos no políticos, está influenciada políticamente".
Maryam Namazie, del Consejo de Ex Musulmanes de Gran Bretaña y de la organización Derechos Iguales Ahora, dijo a IPS en una entrevista previa que la aplicación de la pena de muerte estaba estrechamente relacionada con la situación política en esos países.
"El Islam no es fundamentalmente diferente de otras religiones, en las que la muerte es ordenada para varias transgresiones", señaló. "Sin embargo, como está vinculado a un movimiento político con poder estatal en muchos casos, el medievalismo del mandamiento religioso se convierte en ley del país".
"Por eso en Irán, por ejemplo, la lapidación es una forma legal de ejecución. La ley incluso especifica el tamaño de la piedra que debe ser usada para matar a alguien. Claramente, cuando la ley y en muchos casos el Estado están divinamente ordenados, abolir la pena de muerte se hace más difícil", agregó.
Pero para cambiar las legislaciones en esos países se necesitaría revisar qué realmente viene del Corán y qué de la tradición.
Habash opinó, como lo hacen muchos otros eruditos islámicos, que "este castigo pertenece al antiguo testamento" del Islam. "El profeta Mahoma intentó usarlo por algunos años. Después de eso el Sagrado Corán dijo: No, y fue cancelado", indicó.
"Existen divisiones sobre esto dentro del Islam", reconoció Habash. "Algunos expertos creen que tenemos que seguir las tradiciones del profeta Mahoma, y sostienen que no hay pruebas suficientes de que el castigo haya sido realmente cancelado".
Esas discrepancias han motivado diferencias entre los países islámicos sobre el castigo al adulterio, por ejemplo. En algunos casos se realiza la ejecución por lapidación. Otros aplican la pena establecida en el propio Corán, de hasta 100 latigazos, señaló Habash.
La mayoría de los países islámicos rechazan la ejecución de los que cometen adulterio, indicó. "Se puede ver que ese castigo lo aplica el (movimiento islamista afgano) Talibán y en Somalia. Pero incluso en Arabia Saudita no he escuchado de ese castigo por al menos 30 años", dijo.
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