Lanzamiento de la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos
La Fundación Luisa Hairabedian presenta la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos que tiene como objetivo informar sobre congresos, actualidad, seminarios, publicaciones, conferencias, bibliografía y postgrados relacionados a Ciencias Sociales, Estudios sobre Genocidio, Diáspora Armenia y temáticas afines
miércoles, 31 de agosto de 2011
Gregorio Hairabedian le habla al CLEGDH
Encuentro Internacional de Jóvenes Investigadores del Genocidio Armenio
Same old Turkish Trick: Make Promises, Get Praised, but Deliver Nothing
By Harut Sassounian
Publisher, The California Courier
Turkish leaders came up with a new ploy last week to impress world public opinion with fake magnanimity toward the country’s long-oppressed minorities.
Prime Minister Erdogan signed a decree last Saturday that supposedly will return hundreds of buildings that belonged to Christian and Jewish community foundations or charitable trusts. There are currently 162 such trusts (vakfs) registered in the Republic of Turkey.
Back in 1936, the Turkish government demanded that all non-Muslim foundations declare their property holdings. In 1974, Turkish courts illegally stripped these foundations from all properties acquired after 1936, and even some that belonged to them before that date. Last week’s decree requested the foundations to submit to the government within the next 12 months the list of properties confiscated from them -- now worth billions of dollars -- including schools, hospitals, orphanages, and cemeteries. If and when Parliament adopts this decree, the Turkish government is pledging to either return the seized properties or pay compensation for those sold to third parties. It is important to note that this decree does not cover the hundreds of thousands of private properties that were confiscated by the Turkish authorities from Armenians and other minorities during and after World War I.
Before anyone starts thanking the Turkish leadership for its "kindness" or "fair mindedness" toward its non-Muslim citizens, one needs to scrutinize Ankara’s motives and anticipate its possible next steps.
Although Erdogan’s ruling party has more than sufficient votes in Parliament to pass the proposed measure, no one should be surprised if this "generous" offer is considerably watered down in terms of the number and types of properties it covers and their current value, conveniently blaming these restrictions on the opposition parties! Erdogan’s previous promises to return confiscated properties to minority foundations were mired in bureaucratic red tape, causing lengthy delays and failure to honor almost all requests.
Most probably Turkish officials decided to issue this decree after losing several major property claims filed by Armenian and Greek foundations in the European Court of Human Rights. Clearly, Turkey can ill afford to lose hundreds of similar lawsuits. Adnan Ertem, head of Turkey’s administration of charitable trusts, told Sabah newspaper that by dealing internally with non-Muslim foundations, the government would be able to avoid paying much larger sums, including damages and court costs, should it lose the lawsuits filed in the European Court. Ertem claimed that there are 370 confiscated properties that should be returned to minority foundations.
More important than saving money, Turkey would spare itself the embarrassment of losing hundreds of court cases which would tarnish its reputation in the eyes of the world, particularly at a time when it is trying to join the European Union. In addition, Turkey has already scored a major propaganda coup by merely promising to return these properties. The international media has published glowing news reports of this "magnanimous" Turkish gesture, before a single piece of property has been returned to the minorities. No one should be surprised if Turkey uses this new decree as a propaganda tool to counter recent US congressional demands for the return of church properties to their rightful owners.
Likewise, no one should be surprised if Turkish leaders brazenly demand that the Armenian, Greek, and Israeli governments reciprocate with a gesture of their own toward Turkey. Turkish officials should be reminded that by returning the confiscated properties they are not doing a favor to the religious minorities. Such misplaced gratitude would be akin to a robbery victim thanking a thief who for selfish reasons decides to return a small portion of what he has stolen.
Even though the Turkish media has prematurely characterized the Erdogan decree as "historic" and "revolutionary," in practice, it is less enforceable than the Turkish government’s obligations under the Treaty of Lausanne which provides the country’s Armenian, Greek and Jewish minorities much greater protection under international law. While domestic laws can be amended at any time, Turkey’s international treaty obligations can not be restricted by governmental decree. Fearing for their own safety, none of the non-Muslim communities have dared to file a complaint with the United Nations or international courts, despite the fact that successive Turkish governments have violated the provisions of the Lausanne Treaty since its ratification in 1923.
My advice to Turkey’s minorities would be not to withdraw their lawsuits from the European Court of Human Rights until they recover their confiscated properties or receive appropriate financial restitution.
La estrategia de México para proteger a las personas migrantes es inefectiva
Miles de migrantes atraviesan México cada año para escapar de la pobreza.
© Ricardo Ramírez Arriola/Amnistía Internacional
Refugios a lo largo del camino proporcionan descanso y seguridad en este viaje peligroso y extenuante.
© Ricardo Ramírez Arriola/Amnistía Internacional
30 agosto 2011
La estrategia del gobierno mexicano sobre las personas migrantes no ha servido hasta ahora para enfrentar el problema del gran número de migrantes centroamericanos que son secuestrados constantemente en el país, ha manifestado Amnistía Internacional un año después de que se pusiera en práctica el plan.
La estrategia, anunciada en agosto de 2010, prometía ser una revisión radical del enfoque aplicado por el gobierno a los secuestros y homicidios de migrantes irregulares que se cometen masivamente en México.
Incluía el compromiso de garantizar la coordinación efectiva de las autoridades federales, estatales y municipales para impedir los secuestros, investigar y castigar a los responsables y garantizar asistencia a los migrantes víctimas de abusos.
“Aunque el gobierno ha afirmado que se está ocupando de la cuestión, no hay indicios de que la aplicación de esta política tan ampliamente anunciada haya tenido algún impacto”, ha manifestado Rupert Knox, investigador de Amnistía Internacional sobre México.
“El gobierno mexicano debe publicar un informe detallado sobre el impacto de la estrategia, así como información sobre el procesamiento y condena de todos los responsables de abusos contra migrantes.”
Amnistía Internacional ha documentado decenas de casos de secuestro, tortura, violación, homicidio y desaparición de migrantes centroamericanos a su paso por México.
Según cifras de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, en 2010 fueron secuestrados en el transcurso de seis meses 11.000 migrantes irregulares.
El 23 de agosto de 2010, una banda criminal mató a 72 migrantes de Centro y Sudamérica en el municipio de San Fernando, en el estado septentrional de Tamaulipas. En ese mismo municipio se han descubierto este año en fosas comunes 193 cadáveres, algunos de ellos de migrantes, se cree.
En el aniversario de la masacre de San Fernando, la Procuraduría General de la República anunció que se había detenido y se habían presentado cargos contra 82 sospechosos, incluidos agentes de la policía municipal, en relación con la sucesión de delitos de Tamaulipas.
“Es positivo ver que la autoridades han hecho pública alguna información sobre el secuestro y asesinato de 193 personas en Tamaulipas”, ha señalado Rupert Knox.
“Sin embargo, nos preocupa la absoluta falta de información clara acerca de la marcha de las investigaciones sobre los abusos contra los derechos humanos sufridos por migrantes a lo largo de 2010 y 2011.”
“El hecho de que en la gran mayoría de los casos siga sin hacerse rendir cuentas a los responsables y sin prestar asistencia y protección adecuadas a las víctimas y sus familiares es motivo de gran preocupación.”
En julio de 2011, una delegación de Amnistía Internacional visitó refugios para migrantes y habló con víctimas de secuestro y con defensores de los derechos de los migrantes, que reciben a menudo amenazas a causa de su trabajo.
El 24 de junio, decenas de migrantes fueron secuestrados, según informes, cuando viajaban en el techo de un tren de mercancías por el sur de México de camino a la frontera norte.
Según testigos presenciales, el maquinista detuvo el tren a la entrada de la localidad de Aguas Medias, estado de Veracruz, y, entonces, al menos 10 hombres armados se apearon de unas camionetas y obligaron a los migrantes a bajar del tren gritándoles: “Bájense hijos de su puta madre, bájense rápido y súbanse a las camionetas”.
Algunos de los migrantes lograron escapar y huyeron de allí para salvar la vida, pero a un número indeterminado de ellos, entre los que había mujeres y niños, se los llevaron.
Las investigaciones de las autoridades estatales y federales no han determinado el paradero ni la suerte de los secuestrados ni han identificado a los secuestradores.
Más información
México: Más información: Personal y migrantes de un albergue, en peligro (acción urgente, 15 de agosto de 2011)
México: La policía amenaza al personal de un albergue para migrantes (acción urgente, 29 de julio de 2011)
México: Migrantes en peligro de secuestro colectivo (acción urgente, 8 de julio de 2011)
España y la reforma de la Constitución
La Constitución debe reformarse para que el derecho a la vivienda y a la salud puedan exigirse en los tribunales
Ejemplar de la Constitución conservado en el Congreso de los Diputados. Autor: miguelazo84 bajo licencia CC BY-SA 3.0
La organización también insta a que se elimine y se prohíba expresamente la aplicación de la pena de muerte
Madrid.- Ante el anuncio de la reforma de la Constitución en España, Amnistía Internacional se ha dirigido por carta al presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, y al principal lider de la oposición, Mariano Rajoy, para solicitarles que aprovechen esta oportunidad, o se comprometan para el futuro, incluyendo en la reforma dos cuestiones que afectan a la protección de los derechos humanos.
En primer lugar, la organización considera que la Constitución debe garantizar la máxima protección de todos los derechos económicos, sociales y culturales, sin establecer distinciones ni prioridades, tal y como reconoce la Declaración Universal de los Derechos Humanos y numerosos instrumentos internacionales ratificados por España.
Amnistía Internacional solicita que el derecho a la vivienda y a la salud aparezcan recogidos en la Constitución española bajo el epígrafe de los derechos fundamentales algo que mejoraría su protección, garantías y exigibilidad. La situación actual impide, por ejemplo, la posibilidad de que estos derechos se exijan directamente ante los tribunales cuando se ven vulnerados.
En España, donde la pobreza afecta a unos nueve millones de personas, derechos económicos, sociales y culturales como la vivienda y la salud no están protegidos igual que otros. Y sin embargo, son derechos de igual rango que el derecho a la libertad de expresión o a un juicio justo.
Derecho a la vivienda
La organización solicita esta reforma constitucional en el contexto de crisis económica en el que muchas personas han perdido su vivienda. Desde 2007, año de inicio de la crisis, hasta finales del 2010 se han iniciado 271.570 ejecuciones hipotecarias.
Y muchas más carecen de una vivienda digna. Según el censo de 2001, en España hay aproximadamente 1.500.000 infraviviendas. Además, la Encuesta sobre personas sin hogar de 2005 estima que 21.900 personas se encuentran en esta situación, mientras que organizaciones como Feantsa, que trabajan por el derecho a la vivienda y combaten la exclusión de las personas sin hogar, estiman que la cifra asciende a 38.000 personas.
Esta situación tiene un grave impacto en el disfrute de otros derechos humanos. A esto se suma la indefensión de las personas que son objeto de desalojos forzosos.
Derecho a la salud
En España se estima que entre 90.000 y 180.000 personas que no han trabajado nunca o que no han recibido ningún tipo de prestación por desempleo carecen de cobertura asistencial sanitaria pública y gratuita. Unas cifras que podrían ser mayores debido a la crisis económica.
Y en cuanto a salud mental, los recursos del Estado para atender a estas personas son limitados, lo que dificulta que se puedan conseguir diagnósticos tempranos y tratamientos adecuados y eficaces. Según datos de 2008 de la Organización Mundial de la Salud, España se encuentra en los últimos lugares con respecto al resto de países europeos en lo que se refiere a recursos destinados a la atención de la salud mental, con 6.1 psiquiatras por cada 100.000 habitantes.
Pena de muerte
Por otra parte, a pesar de que la pena de muerte quedó abolida en España en 1995 con la supresión de la misma del Código Penal Militar, la Constitución sigue haciendo mención a ella en el artículo 15 para tiempos de guerra. Amnistía Internacional considera que la reforma debería eliminar la mención a la pena de muerte en la Constitución e incluso prohibir expresamente su aplicación.
Una iniciativa en esta línea sería además coherente con el impulso que el gobierno español ha dado a la abolición de la pena capital en el mundo, liderando la creación de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte.
Ejemplar de la Constitución conservado en el Congreso de los Diputados. Autor: miguelazo84 bajo licencia CC BY-SA 3.0
La organización también insta a que se elimine y se prohíba expresamente la aplicación de la pena de muerte
Madrid.- Ante el anuncio de la reforma de la Constitución en España, Amnistía Internacional se ha dirigido por carta al presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, y al principal lider de la oposición, Mariano Rajoy, para solicitarles que aprovechen esta oportunidad, o se comprometan para el futuro, incluyendo en la reforma dos cuestiones que afectan a la protección de los derechos humanos.
En primer lugar, la organización considera que la Constitución debe garantizar la máxima protección de todos los derechos económicos, sociales y culturales, sin establecer distinciones ni prioridades, tal y como reconoce la Declaración Universal de los Derechos Humanos y numerosos instrumentos internacionales ratificados por España.
Amnistía Internacional solicita que el derecho a la vivienda y a la salud aparezcan recogidos en la Constitución española bajo el epígrafe de los derechos fundamentales algo que mejoraría su protección, garantías y exigibilidad. La situación actual impide, por ejemplo, la posibilidad de que estos derechos se exijan directamente ante los tribunales cuando se ven vulnerados.
En España, donde la pobreza afecta a unos nueve millones de personas, derechos económicos, sociales y culturales como la vivienda y la salud no están protegidos igual que otros. Y sin embargo, son derechos de igual rango que el derecho a la libertad de expresión o a un juicio justo.
Derecho a la vivienda
La organización solicita esta reforma constitucional en el contexto de crisis económica en el que muchas personas han perdido su vivienda. Desde 2007, año de inicio de la crisis, hasta finales del 2010 se han iniciado 271.570 ejecuciones hipotecarias.
Y muchas más carecen de una vivienda digna. Según el censo de 2001, en España hay aproximadamente 1.500.000 infraviviendas. Además, la Encuesta sobre personas sin hogar de 2005 estima que 21.900 personas se encuentran en esta situación, mientras que organizaciones como Feantsa, que trabajan por el derecho a la vivienda y combaten la exclusión de las personas sin hogar, estiman que la cifra asciende a 38.000 personas.
Esta situación tiene un grave impacto en el disfrute de otros derechos humanos. A esto se suma la indefensión de las personas que son objeto de desalojos forzosos.
Derecho a la salud
En España se estima que entre 90.000 y 180.000 personas que no han trabajado nunca o que no han recibido ningún tipo de prestación por desempleo carecen de cobertura asistencial sanitaria pública y gratuita. Unas cifras que podrían ser mayores debido a la crisis económica.
Y en cuanto a salud mental, los recursos del Estado para atender a estas personas son limitados, lo que dificulta que se puedan conseguir diagnósticos tempranos y tratamientos adecuados y eficaces. Según datos de 2008 de la Organización Mundial de la Salud, España se encuentra en los últimos lugares con respecto al resto de países europeos en lo que se refiere a recursos destinados a la atención de la salud mental, con 6.1 psiquiatras por cada 100.000 habitantes.
Pena de muerte
Por otra parte, a pesar de que la pena de muerte quedó abolida en España en 1995 con la supresión de la misma del Código Penal Militar, la Constitución sigue haciendo mención a ella en el artículo 15 para tiempos de guerra. Amnistía Internacional considera que la reforma debería eliminar la mención a la pena de muerte en la Constitución e incluso prohibir expresamente su aplicación.
Una iniciativa en esta línea sería además coherente con el impulso que el gobierno español ha dado a la abolición de la pena capital en el mundo, liderando la creación de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte.
EGIPTO: Juicios militares sumarios caen sobre civiles
Por Cam McGrath
Presos por protestar.
Crédito: Mohammed Omer/IPS
EL CAIRO, 31 ago (IPS) - El juicio que afrontó Amr el-Beheiry en un tribunal castrense demoró apenas cinco minutos. El hombre de 33 años fue condenado, sin abogado que lo defendiera, acusado de romper el toque de queda y agredir a un oficial de la policía durante la revuelta popular de comienzos de año en la capital de Egipto.
El-Beheiry, detenido el 26 de febrero y sentenciado a cinco años de prisión, es uno de los miles de civiles procesados por la justicia militar desde que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) asumió el poder ese mes tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
Los tribunales especiales, que reúnen a decenas de imputados ante un juez militar, suelen actuar con celeridad y dictar condenas severas. Los acusados no suelen contar con abogado defensor ni pueden apelar el veredicto.
Mubarak solía recurrir a juicios sumarios, intrínsecamente injustos, contra ciudadanos que cuestionaban su régimen: islamistas, trabajadores desconformes y opositores políticos.
"Los tribunales militares son una herramienta para el CSFA", señaló el abogado Ahmed Ragheb, director ejecutivo del Centro de Derecho Hisham Mubarak. "Recurren a ellos porque los pueden controlar mejor que los civiles, que tienen jueces independientes y se atienen a la legislación", apuntó.
Más de 12.000 egipcios fueron condenados por tribunales castrenses en los últimos seis meses, indicó Ragheb. En los 30 años que duró el régimen de Mubarak fueron procesados menos de 2.000.
"Lamentablemente, los juicios militares se volvieron norma y los civiles la excepción", dijo Ragheb a IPS.
Los activistas que han visto cómo sus compañeros han sido procesados por tribunales militares por lo que tildan de cargos falsos de agresión, sostienen que el mensaje de esa práctica es que no se tolerarán críticas contra el régimen actual.
Desde la caída de Mubarak, los activistas reclaman acelerar el ritmo de las reformas y acusan al CSFA de tratar de proteger sus propios intereses así como a los miembros del régimen anterior. También sostienen que el consejo militar trató de desacreditar la revuelta tildando a los manifestantes de matones y de agentes extranjeros.
Varias mujeres, detenidas en marzo, fueron obligadas a someterse a "chequeos de virginidad" y amenazadas con acusarlas de prostitución.
"Nos quieren golpear y humillarnos para que la gente tenga miedo de ir a las manifestaciones", señaló Eman Hussein, de 23 años, cuyos padres trataron de impedirle que participara en las protestas.
Organizaciones de derechos humanos alertaron sobre los reiterados abusos que sufren civiles en cárceles militares. Varias personas que estuvieron presas declararon en conferencia de prensa haber sido sometidas a golpizas y humillaciones como permanecer de pie desnudas frente a otros detenidos.
"Es muy humillante estar parado desnudo frente a 180 personas", señaló Mohammad Soliman, liberado tras casi dos meses detenido en una prisión militar.
El CSFA reconoció el derecho a un juicio justo consagrado por la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero defendió los juicios militares debido al aumento de la delincuencia que acompañó la revuelta popular contra el régimen de Mubarak.
Además insistió que sólo casos de "vandalismo" con armas, violación o agresión de personal militar habían sido derivados a tribunales castrenses.
"Ningún civil debería ser juzgado por la justicia militar", declaró a la prensa el general Mamdouh Shaheen, miembro de CSFA. "Pero en esta situación de emergencia, los tribunales castrenses tomaron el lugar de los civiles hasta que puedan trabajar", explicó.
La seguridad mejoró y los tribunales civiles pueden hacerse cargo del aumento de casos, sostuvo el abogado Adel Ramadan, de la Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales. Todos los ciudadanos, aun los que delinquen, tienen derecho a un juicio justo. Las personas juzgadas por militares deben ser liberadas o procesadas por la justicia civil, añadió.
A Ramadan también le preocupa lo que considera un sistema de justicia alterado. Mientras hay civiles procesados por la justicia militar, Mubarak y sus oficiales responsables de la seguridad son juzgados por tribunales civiles por matar casi a 850 manifestantes durante el estallido popular de principios de año.
"Existe la idea de que los juicios justos son sólo para unos privilegiados", indicó Ramadan.
El CSFA no hizo mucho por disipar esa impresión. La justicia militar sigue actuando en casos que van desde delitos menores hasta violentos y dicta sentencias de seis meses hasta 25 años de prisión. Por lo menos decenas de personas, entre ellas menores de edad, fueron condenadas a muerte.
Es raro que se cambie una condena, pero a veces pasa.
A principios de este mes, el CSFA perdonó al bloguero Loai Nagati, detenido mientras registraba enfrentamientos entre la policía y los manifestantes el 28 de junio en El Cairo, y a la activista Asmaa Mahfouz, acusada de incitar a la gente contra el consejo militar en su cuenta de la red social Twitter.
Tras una protesta masiva, los activistas fueron liberados para tratar de calmar los ánimos.
El consejo militar calculó su respuesta al liberar a varios activistas conocidos mientras no se apiada de los miles de detenidos pobres y sin asistencia legal, señaló la coordinadora de la campaña "No más juicios militares", Mona Seif.
"Los únicos casos en los que el ejército liberó civiles detenidos o prometió repetir el juicio fueron los que tuvieron una intensa presión mediática", indicó. "Las campañas de las redes sociales ayudaron a liberar a unos pocos activistas políticos, pero ahora tratamos de concentrar la atención en los miles de ciudadanos que siguen en prisión y que no pertenecen a ninguno de esos ámbitos", añadió. (FIN/2011)
martes, 30 de agosto de 2011
HRW:Venezuela debe proteger a defensor de derechos humanos
El gobierno venezolano debería adoptar inmediatamente medidas concretas para cumplir con la orden de protección dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor del defensor de derechos humanos Humberto Prado, quien ha sido objeto de múltiples amenazas, señaló hoy Human Rights Watch.
El 27 de agosto de 2011, Prado, director de la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones, regresó a Venezuela luego de permanecer varias semanas en Europa, adonde había viajado en junio tras recibir varias amenazas telefónicas. El propósito del viaje era participar de un intercambio con otras organizaciones no gubernamentales y participar en foros sobre derechos humanos a los cuales lo invitó Amnistía Internacional. Las amenazas se dieron luego de que funcionarios de alto nivel y medios de comunicación oficiales acusaran a Prado de “desestabilizar el sistema penitenciario”, después de que varios reclusos y oficiales perdieran la vida y resultaran heridos durante enfrentamientos entre internos y con miembros de la Guardia Nacional en dos cárceles del país. El día que regresó a Venezuela recibió un correo electrónico anónimo con una imagen fotográfica de un supuesto escrito de la oficina de la Fiscalía General diciendo que habían abierto una investigación sobre Prado por su supuesta participación en hechos que constituirían “traición a la patria” e “instigación a delinquir”.
“La hostilidad directa por parte de funcionarios de alto nivel contra defensores de derechos humanos es absolutamente inaceptable”, afirmó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “En lugar de cuestionar el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil, el gobierno debería asegurar que los defensores puedan trabajar sin temor a sufrir represalias”.
En noviembre de 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó a Venezuela que brindara protección a Prado, dado que este, según la Corte, se encontraba en una situación de “grave riesgo para su vida e integridad”. El gobierno no ha adoptado ninguna medida para protegerlo.
El 27 de mayo de 2010, Prado participó en una manifestación pacífica frente al Tribunal Supremo de Justicia junto con familiares de personas detenidas, en protesta por las prolongadas demoras en los procedimientos judiciales y la violencia en las cárceles. Una semana después, siete personas no identificadas vestidas de negro y con anteojos oscuros, que se desplazaban en motocicletas sin placas, se presentaron en el edificio donde vive Prado mientras este no se encontraba allí y preguntaron por el “director de prisiones”.
El 18 de junio de 2011, después de que Prado exigió al gobierno que interviniera para resolver pacíficamente el motín en las cárceles de El Rodeo, el Ministro de Justicia Tarek El Aissami acusó a Prado en La Hojilla – un programa de opinión que se transmite por un canal de televisión oficial – de “desestabilizar el sistema penitenciario” y de haber sido “cómplice de las masacres [de internos] que hubo en el pasado”. Según versiones de la prensa, el 22 de junio el Vicepresidente Elías Jaua afirmó que existía una estrategia ideada por líderes de la oposición, canales de televisión privados y representantes de organizaciones no gubernamentales para “desestabilizar el país”.
Varios medios de comunicación oficiales también intentaron desacreditar a Prado. El conductor de La Hojilla acusó al Observatorio Venezolano de Prisiones, dirigido por Prado, de estar “preparando un guerra interna de reclusos”. La Agencia Venezolana de Noticias señaló que un recluso, cuya identidad no se reveló, les informó que los líderes de las mafias carcelarias en el país reciben “orientaciones” de las organizaciones de derechos humanos. El diario VEA publicó un artículo en el cual acusaba al gobierno estadounidense de financiar a los líderes en las cárceles venezolanas que participaron en los incidentes y a organizaciones no gubernamentales, entre ellas la de Prado, para “que aparezcan en escena”.
Tras estas declaraciones, Prado fue amenazado en reiteradas oportunidades. En una carta pública, representantes de organizaciones no gubernamentales locales señalaron que en un blog se habían publicado los datos de contacto de Prado, incluido su número de teléfono y su domicilio particular, y una nota que decía: “Próximamente datos familiares […] para que el pueblo lo juzgue. Pena Capital”. Prado recibió varias llamadas telefónicas instándolo a “que se callara” si quería a sus hijos. La esposa de Prado recibió una llamada anónima en la cual le dijeron que Prado sería “el próximo en caer”.
El 27 de junio, Prado salió de Venezuela. Durante la semana siguiente, un grupo de motorizados no identificados se acercaron a su vivienda y preguntaron al concerje si aún vivía allí, y en otra ocasión un grupo de mujeres uniformadas, presuntamente miembros de la Guardia Nacional, preguntaron si el departamento de Prado estaba en venta. Prado le dijo a Human Rights Watch que interpretó estas visitas como amenazas y por ello decidió que su familia también saliera de Venezuela.
Prado regresó a Venezuela el 27 de agosto para continuar con su trabajo de promoción de los derechos humanos de los presos del país, según dijo a Human Rights Watch.
Los gobiernos tienen una obligación especial de proteger a defensores de derechos humanos contra riesgos que pueden afrontar como resultado directo de su trabajo. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha hecho hincapié en la importancia del trabajo de los defensores de derechos humanos al expresar, por ejemplo, que “el respeto de los derechos humanos en un Estado democrático depende, en gran parte, de las garantías efectivas y adecuadas de que gocen los defensores de derechos humanos para realizar libremente sus actividades, y que es conveniente prestar particular atención a acciones que limiten u obstaculicen el trabajo de los defensores de derechos humanos”.
El gobierno de Chávez ha demostrado una postura de confrontación frente a los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil locales. En su informe de 2008 “Una Década de Chávez”, Human Rights Watch mostró que el gobierno ha investigado penalmente a defensores de derechos humanos sobre la base de acusaciones infundadas o netamente exageradas, intentó desacreditar y perjudicar a las organizaciones de derechos humanos a través de acusaciones infundadas de complicidad en la subversión, pretendió excluir a las organizaciones que recibían financiamiento del exterior de la participación en foros internacionales, e impulsó legislación con el fin de permitir la interferencia estatal arbitraria en la búsqueda de fondos y en las operaciones de las organizaciones de derechos humanos.
En diciembre de 2010, la Asamblea Nacional adoptó dos leyes – la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional y la Ley Orgánica de Contraloría Social – que, en caso de aplicarse a organizaciones de derechos humanos, podrían socavar aún más la capacidad de estas organizaciones de trabajar de manera independiente.
Respuestas Urgentes Para Las Mujeres Defensoras De Los Derechos Humanos En Riesgo: Mapeo Y Evaluación Preliminar
Respuestas Urgentes Para Las Mujeres Defensoras De Los Derechos Humanos En Riesgo: Mapeo Y Evaluación Preliminar
Source: AWID 20/06/2011
por Inmaculada Barcia, consultora de AWID y Coalicion Internacional de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos
AWID y la Coalición Internacional de Defensoras de los Derechos Humanos de las Mujeres hicieron una revisión del amplio espectro de respuestas urgentes disponibles para las defensoras de derechos humanos en situaciones de riesgo en distintos lugares del mundo. Este informe describe las clases de recursos yestrategias disponibles para responder en forma urgente a situaciones de violencia contra las defensoras, así como algunas de las organizaciones que las ofrecen.
Source: AWID 20/06/2011
por Inmaculada Barcia, consultora de AWID y Coalicion Internacional de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos
AWID y la Coalición Internacional de Defensoras de los Derechos Humanos de las Mujeres hicieron una revisión del amplio espectro de respuestas urgentes disponibles para las defensoras de derechos humanos en situaciones de riesgo en distintos lugares del mundo. Este informe describe las clases de recursos yestrategias disponibles para responder en forma urgente a situaciones de violencia contra las defensoras, así como algunas de las organizaciones que las ofrecen.
IV Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos
México DF, 26 de agosto (OCLACC).- Educar a la sociedad, reflexionar y motivar a la acción, son los objetivos del IV Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos que se realizará en la ciudad de México, entre el 30 de agosto y el 4 septiembre. El tráfico de personas será el foco central del festival, que es organizado por la Fundación Cinépolis y co-organizado por el Festival Internacional de Cine de Morelia y por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Otros temas que será abordados son: Guerra y refugiados, desapariciones forzadas, impunidad, corrupción y poder, VIH, seguridad, reciclaje, polución y pobreza.
Según Luis González Plascencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, el tráfico, la migración, la violencia y las agresiones contra periodistas y defensores de los derechos humanos, son comunes en el país y, por ese motivo, su combate se transformó en un gran desafío para todos los estados mexicanos.
Por su parte, Lorena Guillén, directora general del Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos, manifiesta que espera que "con cada película, nazca y renazca en la audiencia el sentido de responsabilidad y respeto que requerimos para construir la sociedad que soñamos".
Durante el Festival, que contará con la exhibición de 24 películas, entre corto y largo metrajes, habrá espacio para discusiones, por medio de mesas redondas, que contarán con la presencia de especialistas en las áreas de tráfico de personas. También se podrá reflexionar sobre los treinta años del descubrimiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH/ Sida). Entre los filmes presentados estarán: Esclavos (Suecia, 2008), La princesa y el caracol (México 2010), Nina (Argentina, 2009) y Tráfico (Dinamarca, 2010).
Del conjunto de películas exhibidas, 43% son de contenido nacional y serán estreno en 18 países: Argentina, Alemania, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, EUA, Finlandia, Francia, Haití, Israel, Italia, Irlanda, Congo, Suecia, Noruega y México.
En esta IV edición, el Festival hará un reconocimiento ‘al mejor documental mexicano que promueve una cultura de entendimiento y respeto a favor de los derechos humanos en México y el mundo'.
10 mayores empresas automotrices obvian derechos humanos en el origen de los metales
Ninguna de las diez grandes compañías del sector del automóvil incorpora indicadores de derechos humanos en la gestión de los metales que usan, según denuncia la organización SOMO (Stichting Onderzoek Multinationale Ondernemingen).
De acuerdo con el informe “Driven by Corporate Social Responsibility?”, estas empresas corren un importante riesgo de que se las pueda identificar con situaciones graves de violaciones de derechos humanos al no controlar la procedencia de ciertos metales que se usan para la fabricación de autos.
El estudio analiza las políticas de responsabilidad social de Fiat, Ford, General Motors, Honda, Hyundai, Nissan, PSA Peugeot Citroën, Suzuki, Toyota y Volkswagen.
Para Tim Seinweg, responsable del informe, mientras otros sectores desarrollan una política proactiva para minimizar este tipo de riesgos; esta situación no se está dando en el sector automotriz y en concreto en la parte de componentes electrónicos.
Sin embargo, la industria sí ha desarrollado herramientas y mecanismos de reciclaje adecuados, que podrían ser usados para reducir las necesidades que tienen de uso de minerales procedentes de regiones en conflicto.
Por ello, los responsables del estudio concluyen que sería buena una colaboración entre la industria electrónica y los fabricantes de automóviles puesto que una acción conjunta en materia de sostenibilidad puede contribuir de forma más efectiva a promover prácticas de buen comportamiento en el sector minero. FUENTE: somo.nl
De acuerdo con el informe “Driven by Corporate Social Responsibility?”, estas empresas corren un importante riesgo de que se las pueda identificar con situaciones graves de violaciones de derechos humanos al no controlar la procedencia de ciertos metales que se usan para la fabricación de autos.
El estudio analiza las políticas de responsabilidad social de Fiat, Ford, General Motors, Honda, Hyundai, Nissan, PSA Peugeot Citroën, Suzuki, Toyota y Volkswagen.
Para Tim Seinweg, responsable del informe, mientras otros sectores desarrollan una política proactiva para minimizar este tipo de riesgos; esta situación no se está dando en el sector automotriz y en concreto en la parte de componentes electrónicos.
Sin embargo, la industria sí ha desarrollado herramientas y mecanismos de reciclaje adecuados, que podrían ser usados para reducir las necesidades que tienen de uso de minerales procedentes de regiones en conflicto.
Por ello, los responsables del estudio concluyen que sería buena una colaboración entre la industria electrónica y los fabricantes de automóviles puesto que una acción conjunta en materia de sostenibilidad puede contribuir de forma más efectiva a promover prácticas de buen comportamiento en el sector minero. FUENTE: somo.nl
Sudan: Possible war crimes in Southern Kordofan
Amnesty International and Human Rights Watch have collected evidence indicating that the Sudanese Armed Forces may have committed war crimes in Southern Kordofan, the organizations said today.
In a rare trip to the Nuba Mountains region of Southern Kordofan, researchers from the two human rights groups found that an indiscriminate bombing campaign carried out by Sudan since early-June is killing and maiming men, women and children.
One man described his pregnant wife, mother of ten children, coming under attack during an air strike in Um Sirdeeba, east of the state capital Kadugli:
“My wife, Mahasin, was planting crops in the field next to our home when we heard a plane, an Antonov, circle above. She shouted to the children: ‘Lie on the ground as the bombs are coming now.’”
The bomb exploded near the family’s home, decapitating his wife and killing two of his children and a nephew.
Another woman told researchers how she lost her two young children when a plane bombed a busy market in the village of Kurchi. The same incident killed 13 civilians, among them five children.
“I heard explosions, and then a neighbour brought the body of [my daughter] Maryam to the house. Part of her head was gone,” she said.
Amnesty International and Human Rights Watch documented 13 separate bombing incidents in Kauda, Delami and Kurchi towns alone, in which at least 26 civilians were killed and more than 45 others injured since mid-June.
Antonov aircraft dropped bombs over farmlands and villages on a near-daily basis while researchers were on the ground from August 14-21.
Researchers were present when three bombs were dropped from an Antonov aircraft on August 19, and photographed the incident.
In all the attacks investigated by researchers, there were seemingly no legitimate military targets near to where the bombs struck, according to victims and witnesses.
The type of munitions used - unguided munitions dropped from high altitude - and the indiscriminate manner in which they were delivered, violated international humanitarian law.
Since early June, more than 150,000 people have been forced to flee due to the conflict. Tens of thousands are in opposition-held areas, where the Sudanese authorities have effectively blockaded humanitarian assistance and the flow of desperately needed goods and basic services.
Displaced communities forced out of their homes by the repeated bombing live in harsh conditions in caves, on mountaintops, under trees, and in the bush far from towns.
They lack sufficient food, medicine, sanitation, and shelter from heavy rains. Many displaced families told researchers they were eating berries and leaves and that their children were suffering from diarrhoea and malaria.
“The Sudanese authorities should immediately cease all indiscriminate bombing in Southern Kordofan and allow access for emergency assistance as well as human rights monitors,” said Erwin van der Borght.
“The United Nations Security Council should condemn in the strongest possible terms the ongoing human rights violations in the Nuba Mountains, and mandate an independent inquiry to investigate abuses committed by parties to the conflict in Southern Kordofan since 5 June,” he added.
Somalia to Dadaab: The journey from hell
Dobley, Somalia - The lorry sways slowly from side to side along a dirt track as it ambles towards its place of rest. The red straw bags, clothes and empty yellow water bottles tied to the rear end of the open cargo hold tower above the pensive faces peering over colourfully painted steel panels.
The lorry finally hisses to a halt in the shade of a vast Acacian.
We know the lorry is carrying people hoping to flee to Dadaab, the world's largest refugee camp in northeastern Kenya, but it is only when the driver hops out of the cockpit and swings open the back latch that we realise there is an entire community inside.
"There are around 40 households inside this truck," the driver tells us.
We count at least 40 adults and around 70 children, mostly infants, emerging from the vehicle. They look terrified and exhausted.
Welcome to Dobley, a small town just 1.5km inside Somalia, where thousands of Somalis make their last stop before leaving their country to become refugees across the border in Kenya.
Over the past month, around 20,000 have made their way to Dadaab, many of them through similar means.
Set up in 1991 to host 90,000 people fleeing war in Somalia, the three camps that make up the Dadaab complex are now home to more than 380,000 people. Between 40,000 and 60,000 are thought to be living outside the boundaries of the complex - existing as refugees beyond the current scope and control of the UN.
"They are desperate, hungry and wanted to escape to Kenya, so I brought them here," explains the driver, who wished to remain anonymous out of fear of a backlash from al-Shabab. The group, which is trying to overthrow Somalia's Transitional Federal Government (TFG), has reportedly discouraged people from leaving the country.
Terror and tenderness
The driver says he charged each adult $10 for the 400km journey from the Bualaay district and that they drove for 23 hours without stopping. It is a trip he has made six times in the past four months.
"The road is bumpy, people are extremely hungry, they get sick and so there is a lot vomiting and other things along the way that make it very, very uncomfortable," he says.
Twenty-year-old Medinah Abdi gave birth to her first child just one day before boarding the lorry. After disembarking she lies beside the lorry and breastfeeds the infant, caressing the baby's face with her fingertips.
With so much noise around, her silence seems to tell her story.
Al Jazeera Exclusive: Somalis flee to Kenya
Burwaqo Norwo, a 25-year-old mother of six, appears a little more troubled than the new mother experiencing a moment of tenderness with her newborn. "For two days before we boarded the lorry we didn't have anything to eat," she says.
"And [once the journey began] it was bad. It was congested, with a lot of bad smells ... so many children, some urinating, some vomiting, and everyone was so hungry, on empty stomachs ... it was really a terrible journey."
Another passenger, 56-year-old Hussain Mohamed Ibrahim who is travelling with his two wives and nine children, lost all 40 of his cows because of the drought, which has been described as the worst to strike the region in six decades, and says he had no but choice to leave.
He sold his only camel to fund the journey.
He says he is just happy to be off the lorry.
This lorry load is but one of roughly 15 to 20 daily drop-offs in the town. Here, the families rest after the first half of their journey before finding a way to reach one of the camps across the border at Dadaab.
Adnan Dahir Hassen, the district commissioner of Dobley, says the town is battling to deal with the influx.
"As you can see, there are just too many people coming in from all over southern Somalia ... we try to give them security so they feel safe and we also try to welcome them by sharing whatever little we have with them," he says softly as the cries of newly disembarked children punctuate the already tense ambience.
Watchful eye
Hassen says that as the government representative in the city, it hurts to see Somalis leave, but to stop them would be to behave inhumanely.
The town, with a population of around 15,000 people, remains under the watchful eye of 5,000 troops from the TFG, which just three months ago seized control of the town from al-Shabab. Al-Shabab had held the town since 2009.
"This exodus is happening [now] because the government took over," Hassen says without a hint of irony, though his point is honest and poignant.
Al Jazeera Exclusive: Somalis flee border town
"These people need food, water and medication, but we don't have much of that ... as they gain strength, they will travel for days from here [to Dadaab] ... and we don't stop them," he adds.
Hassen is right. The town is in no state to discourage Somalis from leaving. In fact, it is in disarray itself.
The local hospital, where al-Shabab once set up camp, is a scene from a war zone; ridden with bullet holes.
Other administrative buildings on the outskirts of town have parts of their roofs missing and gigantic holes in their walls - promulgating stories of heavy gun fights between TFG forces and al-Shabab.
The dusty streets around the market and central borehole bear witness to a town battling to clean up the mess of years of fighting; burnt-out machinery lies behind shrubs, rubbish is strewn all over the dry grass.
Giant Marabou stork vultures stand in throngs amid the squalor, patiently waiting to pounce on any low-life.
Dobley is feeling the strain of the drought just like the rest of central and southern Somalia, but the added stress of being the border town places immense pressure on its administrators. It is a sentiment shared in Liboi, the border town on the Kenyan side.
An elder from Liboi tells me that some households there were barely able to gather enough food to feed their families but nonetheless had to offer help to the throngs of refugees who invariably pitched up asking for water or a bite to eat.
"They are demanding ... and we understand, but it's always not easy," he says.
'Unimaginable'
"This is an unimaginable drought, something that has not been witnessed in decades," says Abdi Nasir Serat, the TFG forces spokesperson for Somalia's Lower Juba region, adding that the country's ongoing civil war has only intensified the effects of the drought.
"The civil war on top of the drought has forced these people to run away, and part of this is an attempt to find more security for their lives," Serat says.
Back in the camps of Dadaab, relief workers say that many refugees have cited threats from al-Shabab as a reason for leaving Somalia. Stories abound about the group intimidating farmers and kidnapping young boys who they then force to join their "army".
This might explain why most of the arrivals are women and children. Young men are conspicuous by their absence, either manning the last of the livestock or fighting in the war.
Those who reach Dadaab are, despite the trauma of their journey and an arduous registration process that takes days to complete as procedures continually shift, in fact the lucky ones.
Norwo, the mother of six, and Ibrahim, the father of nine, have few expectations of the facilities at Dadaab. "We are so hungry, desperate and poor, with no idea where we are going ... our problem is hunger and our closest [chance] seems like the refugee camp," Norwo says.
And, as chaotic as the Dadaab complex is, if Norwo and Ibrahim are able to transport their families safely there in time to receive medical assistance for their malnourished children, they may just save them from death by starvation.
Dadaab is still their best bet because in Dobley, as in other parts of southern Somalia, there is no infrastructure to deal with the famine and little medical care to address the malnutrition. Dobley residents have to go to neighbouring Liboi in Kenya to access treatment.
Somalia: A 'black hole'
Dadaab might have captured the attention of the international community for the moment, but the situation inside Somalia remains a 'black hole' as far as the rest of the world is concerned.
As it stands, more than two million Somalis are affected by the drought while around a million are said to be internally displaced.
The fact that few relief agencies work inside the country - a result of the insecurity there, administrative hassles and the fact that al-Shabab asked them to leave - creates a self-fulfilling cycle.
With no international relief agencies luring the media into Somalia and exposing the conditions there, there is none of the corresponding international coverage that might otherwise bring more international aid to the region.
One in three Somalis are said to be in need of humanitarian assistance, and the Food and Agriculture Organization (FAO) said in March that one in four Somali children are malnourished. Serat says aid agencies could avert a humanitarian catastrophe if they returned to work in certain parts of Somalia.
It may have been an extremely difficult place to work over the past two decades, but Serat says the TFG is making concerted appeals to the international community to come back.
"We are saying that the aid agencies need to come here; we will provide the necessary protection and allow them to work with those who need the assistance."
Al-Shabab reportedly announced some days back that they would allow humanitarian efforts to reconvene in the areas under their jurisdiction and insiders will tell you that the group has also suffered as a result of the drought - which has impacted movement, food supplies and public sentiment.
This might just provide relief agencies with a chance to establish effective, trusting relationships with the TFG and al-Shabab. Or it could just be an illusion; a mirage of optimism.
As we stand under a tree in Dobley it begins to drizzle; short, refreshing drops from the pregnant clouds above fall through the thin leaves. But it stops just as suddenly it began.
The lorry finally hisses to a halt in the shade of a vast Acacian.
We know the lorry is carrying people hoping to flee to Dadaab, the world's largest refugee camp in northeastern Kenya, but it is only when the driver hops out of the cockpit and swings open the back latch that we realise there is an entire community inside.
"There are around 40 households inside this truck," the driver tells us.
We count at least 40 adults and around 70 children, mostly infants, emerging from the vehicle. They look terrified and exhausted.
Welcome to Dobley, a small town just 1.5km inside Somalia, where thousands of Somalis make their last stop before leaving their country to become refugees across the border in Kenya.
Over the past month, around 20,000 have made their way to Dadaab, many of them through similar means.
Set up in 1991 to host 90,000 people fleeing war in Somalia, the three camps that make up the Dadaab complex are now home to more than 380,000 people. Between 40,000 and 60,000 are thought to be living outside the boundaries of the complex - existing as refugees beyond the current scope and control of the UN.
"They are desperate, hungry and wanted to escape to Kenya, so I brought them here," explains the driver, who wished to remain anonymous out of fear of a backlash from al-Shabab. The group, which is trying to overthrow Somalia's Transitional Federal Government (TFG), has reportedly discouraged people from leaving the country.
Terror and tenderness
The driver says he charged each adult $10 for the 400km journey from the Bualaay district and that they drove for 23 hours without stopping. It is a trip he has made six times in the past four months.
"The road is bumpy, people are extremely hungry, they get sick and so there is a lot vomiting and other things along the way that make it very, very uncomfortable," he says.
Twenty-year-old Medinah Abdi gave birth to her first child just one day before boarding the lorry. After disembarking she lies beside the lorry and breastfeeds the infant, caressing the baby's face with her fingertips.
With so much noise around, her silence seems to tell her story.
Al Jazeera Exclusive: Somalis flee to Kenya
Burwaqo Norwo, a 25-year-old mother of six, appears a little more troubled than the new mother experiencing a moment of tenderness with her newborn. "For two days before we boarded the lorry we didn't have anything to eat," she says.
"And [once the journey began] it was bad. It was congested, with a lot of bad smells ... so many children, some urinating, some vomiting, and everyone was so hungry, on empty stomachs ... it was really a terrible journey."
Another passenger, 56-year-old Hussain Mohamed Ibrahim who is travelling with his two wives and nine children, lost all 40 of his cows because of the drought, which has been described as the worst to strike the region in six decades, and says he had no but choice to leave.
He sold his only camel to fund the journey.
He says he is just happy to be off the lorry.
This lorry load is but one of roughly 15 to 20 daily drop-offs in the town. Here, the families rest after the first half of their journey before finding a way to reach one of the camps across the border at Dadaab.
Adnan Dahir Hassen, the district commissioner of Dobley, says the town is battling to deal with the influx.
"As you can see, there are just too many people coming in from all over southern Somalia ... we try to give them security so they feel safe and we also try to welcome them by sharing whatever little we have with them," he says softly as the cries of newly disembarked children punctuate the already tense ambience.
Watchful eye
Hassen says that as the government representative in the city, it hurts to see Somalis leave, but to stop them would be to behave inhumanely.
The town, with a population of around 15,000 people, remains under the watchful eye of 5,000 troops from the TFG, which just three months ago seized control of the town from al-Shabab. Al-Shabab had held the town since 2009.
"This exodus is happening [now] because the government took over," Hassen says without a hint of irony, though his point is honest and poignant.
Al Jazeera Exclusive: Somalis flee border town
"These people need food, water and medication, but we don't have much of that ... as they gain strength, they will travel for days from here [to Dadaab] ... and we don't stop them," he adds.
Hassen is right. The town is in no state to discourage Somalis from leaving. In fact, it is in disarray itself.
The local hospital, where al-Shabab once set up camp, is a scene from a war zone; ridden with bullet holes.
Other administrative buildings on the outskirts of town have parts of their roofs missing and gigantic holes in their walls - promulgating stories of heavy gun fights between TFG forces and al-Shabab.
The dusty streets around the market and central borehole bear witness to a town battling to clean up the mess of years of fighting; burnt-out machinery lies behind shrubs, rubbish is strewn all over the dry grass.
Giant Marabou stork vultures stand in throngs amid the squalor, patiently waiting to pounce on any low-life.
Dobley is feeling the strain of the drought just like the rest of central and southern Somalia, but the added stress of being the border town places immense pressure on its administrators. It is a sentiment shared in Liboi, the border town on the Kenyan side.
An elder from Liboi tells me that some households there were barely able to gather enough food to feed their families but nonetheless had to offer help to the throngs of refugees who invariably pitched up asking for water or a bite to eat.
"They are demanding ... and we understand, but it's always not easy," he says.
'Unimaginable'
"This is an unimaginable drought, something that has not been witnessed in decades," says Abdi Nasir Serat, the TFG forces spokesperson for Somalia's Lower Juba region, adding that the country's ongoing civil war has only intensified the effects of the drought.
"The civil war on top of the drought has forced these people to run away, and part of this is an attempt to find more security for their lives," Serat says.
Back in the camps of Dadaab, relief workers say that many refugees have cited threats from al-Shabab as a reason for leaving Somalia. Stories abound about the group intimidating farmers and kidnapping young boys who they then force to join their "army".
This might explain why most of the arrivals are women and children. Young men are conspicuous by their absence, either manning the last of the livestock or fighting in the war.
Those who reach Dadaab are, despite the trauma of their journey and an arduous registration process that takes days to complete as procedures continually shift, in fact the lucky ones.
Norwo, the mother of six, and Ibrahim, the father of nine, have few expectations of the facilities at Dadaab. "We are so hungry, desperate and poor, with no idea where we are going ... our problem is hunger and our closest [chance] seems like the refugee camp," Norwo says.
And, as chaotic as the Dadaab complex is, if Norwo and Ibrahim are able to transport their families safely there in time to receive medical assistance for their malnourished children, they may just save them from death by starvation.
Dadaab is still their best bet because in Dobley, as in other parts of southern Somalia, there is no infrastructure to deal with the famine and little medical care to address the malnutrition. Dobley residents have to go to neighbouring Liboi in Kenya to access treatment.
Somalia: A 'black hole'
Dadaab might have captured the attention of the international community for the moment, but the situation inside Somalia remains a 'black hole' as far as the rest of the world is concerned.
As it stands, more than two million Somalis are affected by the drought while around a million are said to be internally displaced.
The fact that few relief agencies work inside the country - a result of the insecurity there, administrative hassles and the fact that al-Shabab asked them to leave - creates a self-fulfilling cycle.
With no international relief agencies luring the media into Somalia and exposing the conditions there, there is none of the corresponding international coverage that might otherwise bring more international aid to the region.
One in three Somalis are said to be in need of humanitarian assistance, and the Food and Agriculture Organization (FAO) said in March that one in four Somali children are malnourished. Serat says aid agencies could avert a humanitarian catastrophe if they returned to work in certain parts of Somalia.
It may have been an extremely difficult place to work over the past two decades, but Serat says the TFG is making concerted appeals to the international community to come back.
"We are saying that the aid agencies need to come here; we will provide the necessary protection and allow them to work with those who need the assistance."
Al-Shabab reportedly announced some days back that they would allow humanitarian efforts to reconvene in the areas under their jurisdiction and insiders will tell you that the group has also suffered as a result of the drought - which has impacted movement, food supplies and public sentiment.
This might just provide relief agencies with a chance to establish effective, trusting relationships with the TFG and al-Shabab. Or it could just be an illusion; a mirage of optimism.
As we stand under a tree in Dobley it begins to drizzle; short, refreshing drops from the pregnant clouds above fall through the thin leaves. But it stops just as suddenly it began.
DIA DEL DESAPARECIDO
EN EL DIA DEL DESAPARECIDO RECORDAR QUE LOS DERECHOS HUMANOS VALEN PARA TODOS LOS CIUDADANOS.
Hoy martes 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Desaparecido. El portal de noticias Montevideo.com informa que en la tarde de hoy, a partir de las 18.30, se realizarán en la Plaza Libertad espectáculos musicales y se exhibirá un video referido a la fecha. Valentín Enseñat, del grupo Hijos de Desaparecidos, dijo a Montevideo Portal que esta jornada es una “oportunidad ideal para resignificar el término detenido desaparecido” que ha perdido “sus características esenciales”. Se trata, dijo, de “personas como cualquiera que fueron secuestradas por el Estado y al día de hoy siguen desaparecidas”. Opinó que sobre los desaparecidos el gobierno ha dado “buenas señales” como la revocación de los actos administrativos que habían sido incluidos en la Ley de Caducidad, pero reclamó una “política de Derechos Humanos” que hoy no existe.
COMENTO. La sociedad uruguaya mantiene, desde 1985, un amplio y muy activo debate sobre los Derechos Humanos. Esta fue una de las polémicas más trascendentes en el primer gobierno democrático encabezado por el Dr. Julio Sanguinetti, pues él incluye aristas filosóficas, ideológicas, políticas y por supuesto humanas muy profundas, y desde entonces se ha mantenido por más de un cuarto de siglo, con intensidad intermitente, pero siempre presente. Recuerdo haber escuchado al presidente José Mujica decir en cierta oportunidad que el de los desaparecidos y los Derechos Humanos es una cuenta pendiente que sólo se superará cuando las generaciones que participaron de los enfrentamientos hayan fallecido, pero creo que el presidente se equivoca porque desde las llamadas “organizaciones sociales” (madres, hijos, nietos) se alimenta la dinámica del reclamo para mantener viva la herida social y poner siempre y a cualquier costo el tema en el debate político.
DERECHOS HUMANOS COMO ARMA POLITICA. Es necesario precisar que todos entendemos los argumentos de aquellos que reclaman que se investiguen las desapariciones y/o muertes de sus seres queridos. Entendemos el dolor y la necesidad psicológica de encontrar respuestas, como el propio Valentín Enseñat lo ha dicho, responder el por qué, quién y el cómo. Hace años Luisa Cuesta se refirió al tema en el semanario Búsqueda reclamando la necesidad psicológica y su derecho de tener un lugar determinado en el que depositar una flor.
El problema es cuando se hace del dolor natural y comprensible un instrumento político, una herramienta de activismo social permanente con un objetivo ideológico y muchas veces partidario, lo que fue denunciado por la propia Cuesta en el libro “Viejos son los trapos” al ser entrevistada por Raúl Ronzoni y Mauricio Rodríguez.
Como sabemos el Frente Amplió utilizó la noble consigna de los Derechos Humanos y el dolor de los familiares de ciudadanos desaparecidos durante la dictadura como un arma política y movilizadora de primera línea detrás de la cual se alinearon no solo los involucrados que veían en aquella bandera a su seres queridos, sino también muchos jóvenes idealistas, pues ¿cómo y quién puede permanecer indiferente o dar la espalda a un llamado de defensa de los derechos humanos? Durante veinte años, desde 1985 a 2005, la izquierda se identificó con la anulación de la Ley de Caducidad y pretendió hacernos creer que los desaparecidos continuaban siendo tales por la inacción o maldad de los gobernantes de turno y que con voluntad política se solucionaría esa cuenta pendiente dolorosa.
Con ese discurso, a veces más o menos explícito, a veces más o menos implícito, dependiendo de la necesidad estratégica del momento, la izquierda fue alimentando esperanzas, y cuando en 2004 Tabaré Vázquez ganó las elecciones y obtuvo mayorías en ambas cámaras como no conoce la historia parlamentaria reciente, las madres, los hijos y todos los ciudadanos que durante muchos años lucharon por los Derechos Humanos creyeron que la lucha llegaba al final, que eran victoriosos y que verían el nombre y la memoria de sus seres queridos reivindicados… Pero no fue así.
El 20 de mayo de 2005, recién inaugurado el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, se llevó a cabo la décima Marcha del Silencio, la primera en que participó un presidente y de acuerdo a las crónicas del momento, el mandatario deseo que “sea la última” porque confiaba en que en el correr de ese año “se aclare qué fue lo que sucedió con los detenidos desaparecidos y todos reconozcamos nuestros errores”. El entonces ministro de Trabajo (hoy del Interior) Eduardo Bonomi expresó a la prensa que aquella era la primera Marcha que “no es de presión al gobierno sino que está en línea con él”. El periodista Gerardo Bleier (hijo de Eduardo Bleier, un militante comunista desaparecido) consideró que aquella marcha de 2005 no era una marcha más porque “se ha producido un cambio cultural en la sociedad uruguaya que terminó por resquebrajar la impunidad”.
Los años han pasado y mucha agua ha corrido. Los más optimistas o quienes se niegan a ver la realidad dicen que algo se ha avanzado, sin embargo este año (el 20 de mayo) se llevó a cabo la 16ta. Marcha del Silencio con las mismas o similares consignas de siempre cuando gobernaban los Partidos Tradicionales: “Verdad y Justicia, derechos de todos, responsabilidad del Estado”.
PROGRAMA DEL FA. Si el lector ingresa en la página web del Frente Amplio encontrará allí el Programa 2010-2015, y en uno de sus pasajes dice clara y textualmente: “La cultura de la impunidad que ha impregnado el accionar de los gobiernos luego de recuperada la democracia deberá quedar definitivamente atrás y en su lugar se forjará una cultura en el respeto a los derechos humanos para los cuales es imprescindible cumplir con el mandato del Congreso anterior de adecuar ‘la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país’, incluyendo la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, principal estamento de impunidad” (Programa de Gobierno, V Congreso Extraordinario Zelmar Michelini 13 y 14 de diciembre de 2008. Capítulo Uruguay Democrático; c) Líneas de Perspectiva para el próximo quinquenio 2010/2015, página 130).
OTRA CUENTA PENDIENTE. Pero si estamos de acuerdo en que los Derechos Humanos en los cuales se enmarca el Día Internacional del Desaparecido son universales, esto es abarcan a todos los seres humanos, e incluye a todos los ciudadanos uruguayos, el gobierno no debería bajo ningún concepto aceptar y mucho menos hacer política partidaria con ellos, siendo su obligación atender todas las violaciones a los derechos humanos por igual, sin medir la ideología política de la víctima.
Exhumación del peón rural Pascacio
Baez Mena, asesinado por la guerrilla
tupamara. ¿Para él no hay derechos
humanos?
No se me confunda ni mal interprete. No defiendo a dictadores de ningún color, si a los familiares de las víctimas de la guerrilla tupamara que irrumpió en el país en los años 60 contra la democracia vigente entonces. Mientras los ciudadanos muertos por balas guerrilleras, torturados por manos tupamaras y secuestrados no tengan el mismo tratamiento que si tienen los que se alinearon detrás de la izquierda, Uruguay entero vivirá en permanente injusticia y los discursos que se digan carecerán de sentido.
Pero pretender que el FA actúe con equilibro en este tema es una quimera imposible. Si a sus militantes y simpatizantes los ha embaucado con un doble discurso e intereses meramente militantes y electorales, ¿cómo esperar que sea justo con aquellos que murieron defendiendo las legítimas instituciones democráticas que ellos quisieron derribar?
Líber del Fuerte.
Hoy martes 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Desaparecido. El portal de noticias Montevideo.com informa que en la tarde de hoy, a partir de las 18.30, se realizarán en la Plaza Libertad espectáculos musicales y se exhibirá un video referido a la fecha. Valentín Enseñat, del grupo Hijos de Desaparecidos, dijo a Montevideo Portal que esta jornada es una “oportunidad ideal para resignificar el término detenido desaparecido” que ha perdido “sus características esenciales”. Se trata, dijo, de “personas como cualquiera que fueron secuestradas por el Estado y al día de hoy siguen desaparecidas”. Opinó que sobre los desaparecidos el gobierno ha dado “buenas señales” como la revocación de los actos administrativos que habían sido incluidos en la Ley de Caducidad, pero reclamó una “política de Derechos Humanos” que hoy no existe.
COMENTO. La sociedad uruguaya mantiene, desde 1985, un amplio y muy activo debate sobre los Derechos Humanos. Esta fue una de las polémicas más trascendentes en el primer gobierno democrático encabezado por el Dr. Julio Sanguinetti, pues él incluye aristas filosóficas, ideológicas, políticas y por supuesto humanas muy profundas, y desde entonces se ha mantenido por más de un cuarto de siglo, con intensidad intermitente, pero siempre presente. Recuerdo haber escuchado al presidente José Mujica decir en cierta oportunidad que el de los desaparecidos y los Derechos Humanos es una cuenta pendiente que sólo se superará cuando las generaciones que participaron de los enfrentamientos hayan fallecido, pero creo que el presidente se equivoca porque desde las llamadas “organizaciones sociales” (madres, hijos, nietos) se alimenta la dinámica del reclamo para mantener viva la herida social y poner siempre y a cualquier costo el tema en el debate político.
DERECHOS HUMANOS COMO ARMA POLITICA. Es necesario precisar que todos entendemos los argumentos de aquellos que reclaman que se investiguen las desapariciones y/o muertes de sus seres queridos. Entendemos el dolor y la necesidad psicológica de encontrar respuestas, como el propio Valentín Enseñat lo ha dicho, responder el por qué, quién y el cómo. Hace años Luisa Cuesta se refirió al tema en el semanario Búsqueda reclamando la necesidad psicológica y su derecho de tener un lugar determinado en el que depositar una flor.
El problema es cuando se hace del dolor natural y comprensible un instrumento político, una herramienta de activismo social permanente con un objetivo ideológico y muchas veces partidario, lo que fue denunciado por la propia Cuesta en el libro “Viejos son los trapos” al ser entrevistada por Raúl Ronzoni y Mauricio Rodríguez.
Como sabemos el Frente Amplió utilizó la noble consigna de los Derechos Humanos y el dolor de los familiares de ciudadanos desaparecidos durante la dictadura como un arma política y movilizadora de primera línea detrás de la cual se alinearon no solo los involucrados que veían en aquella bandera a su seres queridos, sino también muchos jóvenes idealistas, pues ¿cómo y quién puede permanecer indiferente o dar la espalda a un llamado de defensa de los derechos humanos? Durante veinte años, desde 1985 a 2005, la izquierda se identificó con la anulación de la Ley de Caducidad y pretendió hacernos creer que los desaparecidos continuaban siendo tales por la inacción o maldad de los gobernantes de turno y que con voluntad política se solucionaría esa cuenta pendiente dolorosa.
Con ese discurso, a veces más o menos explícito, a veces más o menos implícito, dependiendo de la necesidad estratégica del momento, la izquierda fue alimentando esperanzas, y cuando en 2004 Tabaré Vázquez ganó las elecciones y obtuvo mayorías en ambas cámaras como no conoce la historia parlamentaria reciente, las madres, los hijos y todos los ciudadanos que durante muchos años lucharon por los Derechos Humanos creyeron que la lucha llegaba al final, que eran victoriosos y que verían el nombre y la memoria de sus seres queridos reivindicados… Pero no fue así.
El 20 de mayo de 2005, recién inaugurado el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, se llevó a cabo la décima Marcha del Silencio, la primera en que participó un presidente y de acuerdo a las crónicas del momento, el mandatario deseo que “sea la última” porque confiaba en que en el correr de ese año “se aclare qué fue lo que sucedió con los detenidos desaparecidos y todos reconozcamos nuestros errores”. El entonces ministro de Trabajo (hoy del Interior) Eduardo Bonomi expresó a la prensa que aquella era la primera Marcha que “no es de presión al gobierno sino que está en línea con él”. El periodista Gerardo Bleier (hijo de Eduardo Bleier, un militante comunista desaparecido) consideró que aquella marcha de 2005 no era una marcha más porque “se ha producido un cambio cultural en la sociedad uruguaya que terminó por resquebrajar la impunidad”.
Los años han pasado y mucha agua ha corrido. Los más optimistas o quienes se niegan a ver la realidad dicen que algo se ha avanzado, sin embargo este año (el 20 de mayo) se llevó a cabo la 16ta. Marcha del Silencio con las mismas o similares consignas de siempre cuando gobernaban los Partidos Tradicionales: “Verdad y Justicia, derechos de todos, responsabilidad del Estado”.
PROGRAMA DEL FA. Si el lector ingresa en la página web del Frente Amplio encontrará allí el Programa 2010-2015, y en uno de sus pasajes dice clara y textualmente: “La cultura de la impunidad que ha impregnado el accionar de los gobiernos luego de recuperada la democracia deberá quedar definitivamente atrás y en su lugar se forjará una cultura en el respeto a los derechos humanos para los cuales es imprescindible cumplir con el mandato del Congreso anterior de adecuar ‘la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país’, incluyendo la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, principal estamento de impunidad” (Programa de Gobierno, V Congreso Extraordinario Zelmar Michelini 13 y 14 de diciembre de 2008. Capítulo Uruguay Democrático; c) Líneas de Perspectiva para el próximo quinquenio 2010/2015, página 130).
OTRA CUENTA PENDIENTE. Pero si estamos de acuerdo en que los Derechos Humanos en los cuales se enmarca el Día Internacional del Desaparecido son universales, esto es abarcan a todos los seres humanos, e incluye a todos los ciudadanos uruguayos, el gobierno no debería bajo ningún concepto aceptar y mucho menos hacer política partidaria con ellos, siendo su obligación atender todas las violaciones a los derechos humanos por igual, sin medir la ideología política de la víctima.
Exhumación del peón rural Pascacio
Baez Mena, asesinado por la guerrilla
tupamara. ¿Para él no hay derechos
humanos?
No se me confunda ni mal interprete. No defiendo a dictadores de ningún color, si a los familiares de las víctimas de la guerrilla tupamara que irrumpió en el país en los años 60 contra la democracia vigente entonces. Mientras los ciudadanos muertos por balas guerrilleras, torturados por manos tupamaras y secuestrados no tengan el mismo tratamiento que si tienen los que se alinearon detrás de la izquierda, Uruguay entero vivirá en permanente injusticia y los discursos que se digan carecerán de sentido.
Pero pretender que el FA actúe con equilibro en este tema es una quimera imposible. Si a sus militantes y simpatizantes los ha embaucado con un doble discurso e intereses meramente militantes y electorales, ¿cómo esperar que sea justo con aquellos que murieron defendiendo las legítimas instituciones democráticas que ellos quisieron derribar?
Líber del Fuerte.
lunes, 29 de agosto de 2011
En prevención de genocidios
Buenos y malos
Página 12
Por Santiago O’Donnell
El resultado de las políticas de prevención de genocidios de las Naciones Unidas está a la vista en Libia. Cuando los rebeldes tomaron Trípoli esta semana y los corresponsales finalmente pudieron entrar, según cuentan, se encontraron con un panorama poco alentador. Cadáveres en las calles (foto). Niños manejando ametralladoras. Cada barrio bajo el control militar de un jefe de distinto color, y un “gobierno de transición” reconocido por las potencias occidentales que no controla nada y que está formado mayormente por los mismos tipos que hasta hace unos meses ocupaban destacadas posiciones en el gobierno de Khadafi. Completan la alianza triunfante los jefes tribales islamistas cercanos a Al Qaida y los lobbistas de las petroleras, entre otros. Khadafi en pleno repliegue táctico, agazapado, listo para lanzar la contrainsurgencia si no lo agarran antes, en cuyo caso tiene varios hijos preparados para ocupar su lugar.
Digo prevención de genocidio porque esto empezó hace seis meses cuando fuerzas de Khadafi abrieron fuego a mansalva contra una multitud de manifestantes desarmados que habían llenado la Plaza Verde, poco después de la caída de Ben Alí en Túnez y poco antes de la de Mubarak en Egipto, dos países vecinos. Porque a veces las cosas se confunden. Primero Khadafi le disparó a su pueblo. Después vino la guerra civil y cuando los rebeldes estaban sitiados, porque Khadafi tenía muchísimos más fierros, y antes de que el líder libio pudiera extraer venganza, llegó el bombardeo de la OTAN. Entonces los rebeldes se armaron y la tortilla se dio vuelta. Hoy, los cadáveres que afean Trípoli son los de los mercenarios contratados por el dictador. Un tipo que alguna vez supo alumbrar una revolución socialista, pero que en algún momento perdió el rumbo y terminó cometiendo un genocidio.
Poco antes de que esto ocurriera, el catedrático de la UBA y Untref Daniel Feierstein publicó un artículo fundamental en el número de abril de la revista académica Genocide Studies and Prevention. Alertaba sobre la necesidad de cambiar el sistema de prevención de genocidios para evitar que vuelva a ocurrir lo que pasó en Irak, donde las dosis de gas mostaza que Saddam Hussein suministraba a los kurdos fueron reemplazadas por los racimos de bombas que los yanquis descargaron sobre toda la población iraquí. Nadie le dio bola y ahora estamos peor. En Irak, por lo menos, las masacres de Bush y Saddam estaban organizadas. Las que se vienen en Libia, por lo que se ve, van a ser un poco más desprolijas.
Bajo el título “Lo bueno, lo malo y lo invisible” Feierstein escribió que mientras las políticas de prevención de genocidios estén en manos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el mismo organismo que usan las potencias para legitimar y legalizar sus invasiones y demás intervenciones armadas, entonces el resultado seguirá siendo el mismo: genocidio sobre genocidio. Es como querer apagar un fuego con nafta.
Como alternativa, el profesor señaló la importancia de fortalecer a los organismos regionales porque las potencias vienen, tiran sus bombas y se van, mientras los vecinos la ligan de rebote y no se pueden ir a ningún lado. Feierstein pone como ejemplo el rol positivo que jugó la Unasur para frenar amenazas golpistas en Bolivia y Ecuador y oponerse al golpe de Honduras, acciones que sin duda sirvieron para prevenir posibles genocidios en la región. Aunque no alcanzaran para prevenir la masacre de Pando o la caza serial de periodistas hondureños, de no ser por la Unasur es probable que el asunto hubiera sido mucho peor.
Explica el profesor, traducido del inglés: “La política estadounidense para la prevención de genocidios se lee como un cuento infantil o el guión de una producción hollywoodense clase B. Los ‘malos’ (los lobos) están cometiendo actos horribles contra civiles inocentes (los corderos) de puros malos que son, y sólo pueden ser frenados por los ‘buenos’ que visten el uniforme del ejército estadounidense. El problema es que este enfoque no sólo domina el discurso de los medios, sino que también se ha vuelto popular entre los académicos. Muchos estadounidenses bien intencionados, indignados por el sufrimiento humano mostrado por las cadenas televisivas, hacen llamados para que ‘cese el genocidio’ inmediatamente, a cualquier costo. Y porque los medios manejan una agenda política, esto se refiere a los abusos de derechos humanos en Sudán, pero no a los cometidos en Colombia o Sri Lanka. Sin embargo, esta política exterior basada en el marketing del ‘compre ya’ difícilmente pueda conducir a una discusión académica de un fenómeno tan complejo y contradictorio como es el asesinato masivo y sistemático”.
Lo que el profesor está diciendo es que mientras sea Estados Unidos el que decida qué es un genocidio, habrá genocidios malos y genocidios buenos, genocidios prohibidos y genocidios permitidos, y cuando se comenten masacres de los dos lados, como casi siempre sucede, a lo sumo sólo un lado será castigado.
“Por los enormes riesgos involucrados en las misiones de las fuerzas de paz, incluyendo la posibilidad de una escalada en el conflicto, la decisión de intervenir militarmente nunca debería ser tomada por una sola nación (agrego yo: ni por tres o cuatro), ni siquiera por los Estados Unidos. Sólo las organizaciones regionales tienen la legitimidad y la autoridad para tomar tales decisiones”, escribió.
Si miramos lo de Libia desde acá surge la importancia de la Unasur, nacida de la oportunidad y del talento de la generación dorada de presidentes latinoamericanos. Sigue el profesor: “Durante el período de la Guerra Fría América latina fue devastada por dictaduras militares apoyadas directa o indirectamente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Desde entonces, los países de la región se han embarcado en el proceso de apoderamiento político y reorganización regional. Una de las instituciones que emergieron de este proceso fue la Unión de Naciones Suramericanas, formada por doce naciones latinoamericanas. Llamativamente Unasur no aparece mencionada en el informe MARO (el informe anual de Naciones Unidas sobre Operaciones en Respuesta a las Atrocidades Masivas), en el que sólo figura un organismo regional, la Unión Africana”.
El desafío queda planteado.
Página 12
Por Santiago O’Donnell
El resultado de las políticas de prevención de genocidios de las Naciones Unidas está a la vista en Libia. Cuando los rebeldes tomaron Trípoli esta semana y los corresponsales finalmente pudieron entrar, según cuentan, se encontraron con un panorama poco alentador. Cadáveres en las calles (foto). Niños manejando ametralladoras. Cada barrio bajo el control militar de un jefe de distinto color, y un “gobierno de transición” reconocido por las potencias occidentales que no controla nada y que está formado mayormente por los mismos tipos que hasta hace unos meses ocupaban destacadas posiciones en el gobierno de Khadafi. Completan la alianza triunfante los jefes tribales islamistas cercanos a Al Qaida y los lobbistas de las petroleras, entre otros. Khadafi en pleno repliegue táctico, agazapado, listo para lanzar la contrainsurgencia si no lo agarran antes, en cuyo caso tiene varios hijos preparados para ocupar su lugar.
Digo prevención de genocidio porque esto empezó hace seis meses cuando fuerzas de Khadafi abrieron fuego a mansalva contra una multitud de manifestantes desarmados que habían llenado la Plaza Verde, poco después de la caída de Ben Alí en Túnez y poco antes de la de Mubarak en Egipto, dos países vecinos. Porque a veces las cosas se confunden. Primero Khadafi le disparó a su pueblo. Después vino la guerra civil y cuando los rebeldes estaban sitiados, porque Khadafi tenía muchísimos más fierros, y antes de que el líder libio pudiera extraer venganza, llegó el bombardeo de la OTAN. Entonces los rebeldes se armaron y la tortilla se dio vuelta. Hoy, los cadáveres que afean Trípoli son los de los mercenarios contratados por el dictador. Un tipo que alguna vez supo alumbrar una revolución socialista, pero que en algún momento perdió el rumbo y terminó cometiendo un genocidio.
Poco antes de que esto ocurriera, el catedrático de la UBA y Untref Daniel Feierstein publicó un artículo fundamental en el número de abril de la revista académica Genocide Studies and Prevention. Alertaba sobre la necesidad de cambiar el sistema de prevención de genocidios para evitar que vuelva a ocurrir lo que pasó en Irak, donde las dosis de gas mostaza que Saddam Hussein suministraba a los kurdos fueron reemplazadas por los racimos de bombas que los yanquis descargaron sobre toda la población iraquí. Nadie le dio bola y ahora estamos peor. En Irak, por lo menos, las masacres de Bush y Saddam estaban organizadas. Las que se vienen en Libia, por lo que se ve, van a ser un poco más desprolijas.
Bajo el título “Lo bueno, lo malo y lo invisible” Feierstein escribió que mientras las políticas de prevención de genocidios estén en manos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el mismo organismo que usan las potencias para legitimar y legalizar sus invasiones y demás intervenciones armadas, entonces el resultado seguirá siendo el mismo: genocidio sobre genocidio. Es como querer apagar un fuego con nafta.
Como alternativa, el profesor señaló la importancia de fortalecer a los organismos regionales porque las potencias vienen, tiran sus bombas y se van, mientras los vecinos la ligan de rebote y no se pueden ir a ningún lado. Feierstein pone como ejemplo el rol positivo que jugó la Unasur para frenar amenazas golpistas en Bolivia y Ecuador y oponerse al golpe de Honduras, acciones que sin duda sirvieron para prevenir posibles genocidios en la región. Aunque no alcanzaran para prevenir la masacre de Pando o la caza serial de periodistas hondureños, de no ser por la Unasur es probable que el asunto hubiera sido mucho peor.
Explica el profesor, traducido del inglés: “La política estadounidense para la prevención de genocidios se lee como un cuento infantil o el guión de una producción hollywoodense clase B. Los ‘malos’ (los lobos) están cometiendo actos horribles contra civiles inocentes (los corderos) de puros malos que son, y sólo pueden ser frenados por los ‘buenos’ que visten el uniforme del ejército estadounidense. El problema es que este enfoque no sólo domina el discurso de los medios, sino que también se ha vuelto popular entre los académicos. Muchos estadounidenses bien intencionados, indignados por el sufrimiento humano mostrado por las cadenas televisivas, hacen llamados para que ‘cese el genocidio’ inmediatamente, a cualquier costo. Y porque los medios manejan una agenda política, esto se refiere a los abusos de derechos humanos en Sudán, pero no a los cometidos en Colombia o Sri Lanka. Sin embargo, esta política exterior basada en el marketing del ‘compre ya’ difícilmente pueda conducir a una discusión académica de un fenómeno tan complejo y contradictorio como es el asesinato masivo y sistemático”.
Lo que el profesor está diciendo es que mientras sea Estados Unidos el que decida qué es un genocidio, habrá genocidios malos y genocidios buenos, genocidios prohibidos y genocidios permitidos, y cuando se comenten masacres de los dos lados, como casi siempre sucede, a lo sumo sólo un lado será castigado.
“Por los enormes riesgos involucrados en las misiones de las fuerzas de paz, incluyendo la posibilidad de una escalada en el conflicto, la decisión de intervenir militarmente nunca debería ser tomada por una sola nación (agrego yo: ni por tres o cuatro), ni siquiera por los Estados Unidos. Sólo las organizaciones regionales tienen la legitimidad y la autoridad para tomar tales decisiones”, escribió.
Si miramos lo de Libia desde acá surge la importancia de la Unasur, nacida de la oportunidad y del talento de la generación dorada de presidentes latinoamericanos. Sigue el profesor: “Durante el período de la Guerra Fría América latina fue devastada por dictaduras militares apoyadas directa o indirectamente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Desde entonces, los países de la región se han embarcado en el proceso de apoderamiento político y reorganización regional. Una de las instituciones que emergieron de este proceso fue la Unión de Naciones Suramericanas, formada por doce naciones latinoamericanas. Llamativamente Unasur no aparece mencionada en el informe MARO (el informe anual de Naciones Unidas sobre Operaciones en Respuesta a las Atrocidades Masivas), en el que sólo figura un organismo regional, la Unión Africana”.
El desafío queda planteado.
“Frecuentemente olvidado, el exterminio de los armenios cristianos en 1915 a manos de Turquía provocó la muerte de aproximadamente 1,5 millones de personas.”
Las múltiples caras del genocidio
El genocidio ha tenido muchas caras y víctimas a lo largo de la historia y no se ha limitado a una sola raza o religión.
Una definición posible de la palabra genocidio en un diccionario estándar señala: "destrucción deliberada y sistemática de un grupo racial, político o cultural." Una definición similar se encuentra en la Convención sobre el Genocidio de la ONU de 1948. Resulta útil presentar el tema en perspectiva histórica.
En uno de los primeros casos registrados, en el Antiguo Testamento, Moisés recibió la orden de exterminar a los madianitas. Más tarde, los romanos diezmaron a los cartagineses (en la actual Túnez).
Durante los siglos XIV al XVII Europa experimentó cruentas guerras de religión, incluyendo la guerra de los 100 años y la masacre del día de Bartolomé.
Como resultado de enfermedades pandémicas, hambrunas deliberadas, masacres, saqueos y conversiones religiosas forzadas, la conquista española del Nuevo Mundo en los siglos XV y XVI y la posterior expansión británica en América del Norte provocaron la muerte de un número estimado de 10 a 16 millones de personas pertenecientes a los pueblos indígenas. Durante los siglos XVIII y XIX alrededor de 10 millones de negros murieron al ser transportados como esclavos al continente americano.
En el siglo XIX el rey Leopoldo III de Bélgica forzó a trabajar hasta morir a aproximadamente 10 millones de negros en su búsqueda de beneficios económicos en el Congo Belga. En 1985, el Informe Whitaker de la ONU señaló que el primer genocidio del siglo XX tuvo lugar en Namibia cuando los alemanes llevaron a cabo el exterminio de dos tercios de las tribus de los Héroes y Nama (1903 y 1905).
Frecuentemente olvidado, el exterminio de los armenios cristianos en 1915 a manos de Turquía provocó la muerte de aproximadamente 1,5 millones de personas. La intervención clandestina aliada en la guerra civil soviética provocó millones de muertes durante la hambruna de 1921.
Hay historiadores que estiman que entre 40 y 45 millones de personas murieron durante la segunda guerra mundial, incluyendo entre 20 y 25 millones de soviéticos y 15 millones de chinos. Según los datos aportados por Reitlinger para los juicios de Nuremberg, 5,7 millones de judíos fueron asesinados por los nazis. Michael Marrus, de la Universidad de Toronto, considerado uno de los historiadores del Holocausto más importantes del mundo, señaló: "Personas de muchos grupos y naciones encontraron la muerte en campos de exterminio y cámaras de gas ... gitanos, enfermos mentales, prisioneros de guerra soviéticos, polacos y muchos otros."
En el período posterior a la segunda guerra mundial ha habido al menos 25 casos de genocidio, en episodios como la partición de la India y Pakistán, Indonesia, Biafra, Chile, América Central, los kurdos, Camboya, Eritrea, Uganda, Ruanda, Sudán y los Balcanes.
Estos ejemplos establecen que ningún grupo religioso, racial, cultural o político ha sido víctima exclusiva de genocidios promovidos por Estados. Todas las víctimas de la larga y triste historia del genocidio merecen ser recordadas.
Richard Deaton
Ottawa
Fuente: http://www.ottawacitizen.com/news/Letter+Many+faces+genocide/5320809/story.html#ixzz1WRHiNrmb
Traducción: Fundación Internacional Raoul Wallenberg
Siga: www.raoulwallenberg.net
“Turkey's extermination of Christian Armenians in 1915, resulting in the deaths of an estimated one to 1.5 million people, is often forgotten”
Genocide has had many different faces and victims throughout history, and has not been limited to any one group, race or religion.
A standard dictionary definition of genocide is, "the deliberate and systematic destruction of a racial, political, or cultural group." A similar definition is now found in the UN's Genocide Convention of 1948. A historical perspective or overview of genocide is useful.
In one of the first recorded instances, in the Old Testament, the Midinites were ordered exterminated. Later, the Romans decimated the Carthaginians (modern Tunisia).
During the 14th to 17th centuries, Europe experienced vicious religious wars, including the 100 Years War, and the Bartholomew day massacre.
The Spanish conquest of the New World in the 15th and 16th centuries, and subsequent British expansion into North America, resulted in the deaths of an estimated 10 to 16 million indigenous peoples as a result of pandemic diseases, deliberate starvation, mas-sacres, pillage and forced religious conversions. During the 18th and 19th centuries, an estimated 10 million blacks died while being transported as slaves to the Americas.
In the late 19th century, King Leopold III of Belgium worked to death or slaughtered approximately 10 million blacks in his pursuit of rubber profits in the Belgian Congo. According to the 1985 UN Whitaker Report, the first genocide of the 20th century took place in Namibia, when the Germans carried out the extermination of two-thirds of the Heroes and Nama tribes (1903 and 1905).
Turkey's extermination of Christian Armenians in 1915, resulting in the deaths of an estimated one to 1.5 million people, is often forgotten. The clandestine intervention by the allies in the Soviet civil war contributed to millions of deaths during the famine of 1921.
Historians estimate 40 to 45 million people were killed during the Second World War, including 20 to 25 million Soviets and 15 million Chinese. According to Reitlinger's data prepared for the Nuremburg trials, 5.7 million Jews were killed by the Nazis. Michael Marrus of the University of Toronto, considered to be one of the world's leading historians of the Holocaust, has stated, "People from many groups and nations could be found in the camps, and gassing ... accounted for deaths among Gypsies, mentally ill Germans, Soviet prisoners of war, anti-Nazi Poles, and many others."
In the post-World-War period, there have been at least 25 instances of genocide including the Indian-Pakistan partition, Indonesia, Biafra, Chile, Central America, the Kurds, Cambodia, Eritrea the Congo, Uganda, Rwanda, Sudan, and the Balkans.
These examples establish no one religious, racial, cultural or political group has been the sole and exclusive victim of state-sanctioned or sponsored genocide. All victims of genocide's long and grim history deserve to be remembered.
Richard Deaton
Ottawa
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AJUS disertó sobre Derechos Humanos en la ex ESMA
En el marco de una actividad organizada por la Secretaría de Justicia de la Nación, la Escuela de Formación Penitenciaria de la Nación y el Archivo Nacional de la Memoria, Abogados por la Justicia Social (AJUS) ofreció una charla para ciento cincuenta Cadetes de la Escuela de Oficiales del Servicio Penitenciario Federal, en el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, sobre los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, en virtud de lo dispuesto en la Resolución 1203/11 por el Director del Servicio Penitenciario Federal, Dr. Victor Hortel.
Sebastián Alejandro Rey, acompañado por Jorge Amor Ameal, reflexionó acerca del rol jugado por el SPF durante el terrorismo de Estado y, en particular, con su participación en el Grupo de Tareas 3.3/2, cuya base operativa fue el Casino de Oficiales de la ahora ex ESMA, un edificio ubicado pocos metros del lugar donde se realizaba la charla y que los mismos suboficiales habían recorrido media hora antes. Se hizo referencia, también, a la necesidad de castigar penalmente los delitos cometidos entre 1976 y 1983 para que la sociedad argentina pueda reafirmar la vigencia del derecho y de ciertos valores fundamentales compartidos por la comunidad internacional. También formuló algunas críticas al gobierno de Raúl Alfonsín y su relación con las Fuerzas Armadas durante el retorno de la democracia. Y por último, destacó la política de derechos humanos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, impulsadas desde el año 2003, y ponderó la incasable tarea de los organismos de Derechos Humanos en la búsqueda de Verdad y Justicia.
Sebastián Alejandro Rey, acompañado por Jorge Amor Ameal, reflexionó acerca del rol jugado por el SPF durante el terrorismo de Estado y, en particular, con su participación en el Grupo de Tareas 3.3/2, cuya base operativa fue el Casino de Oficiales de la ahora ex ESMA, un edificio ubicado pocos metros del lugar donde se realizaba la charla y que los mismos suboficiales habían recorrido media hora antes. Se hizo referencia, también, a la necesidad de castigar penalmente los delitos cometidos entre 1976 y 1983 para que la sociedad argentina pueda reafirmar la vigencia del derecho y de ciertos valores fundamentales compartidos por la comunidad internacional. También formuló algunas críticas al gobierno de Raúl Alfonsín y su relación con las Fuerzas Armadas durante el retorno de la democracia. Y por último, destacó la política de derechos humanos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, impulsadas desde el año 2003, y ponderó la incasable tarea de los organismos de Derechos Humanos en la búsqueda de Verdad y Justicia.
VI FIESTA DE COLECTIVIDADES - DIA DEL INMIGRANTE
Un encuentro multicultural por la integración a beneficio de la Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones, el sábado 3 y domingo 4 de septiembre en Av. Antártida Argentina 1355, Retiro.
domingo, 28 de agosto de 2011
Resolucion Juicio por la Verdad del Genocidio Armenio
Article published in Genocide Studies and Prevention - MARO: A Critical View from Argentina
sábado, 27 de agosto de 2011
Sevane Garibian: "La Argentina utiliza todos los instrumentos legales contra la violación de los Derechos Humanos"
CONGRESO DE DERECHO PENAL EN UBA - DERECHO
LANZAMIENTOS EDITORIALES: DERECHO PENAL - GABRIEL IGNACIO ANITUA
Gabriel Ignacio Anitua
Castigo, cárceles y controles
Castigo, cárceles y controles
Castigo, Cárceles y Controles da cuenta de la instancia penitenciaria con una compilación de artículos que van desde lo genealógico hasta el deber ser del control, pasando por el ser de las cárceles en nuestro margen. Se reflexiona sobre la naturaleza del castigo, sobre sus manifestaciones materiales en la actualidad y, finalmente, realiza una apuesta para el control democrático y jurídico de dichas manifestaciones.
Sumario. Presentación. Thomas Hobbes ¿Amigo o enemigo? Las austeras instituciones que nos permiten pensar
en los orígenes de la prisión. El castigo en el pensamiento ilustrado. La espada de Damocles del derecho penal o sobre la suspensión condicional de la pena. Justificación del castigo e inflación penal a fines del Siglo XX en los Estados Unidos de América. Ciento cuatro jóvenes muertos en una prisión hondureña. América Latina como institución de secuestro. Sobre una reforma legal que anuló el control jurisdiccional de la ejecución de la pena en sede federal. "Observatorio de Centros de Privación de Libertad" del bloque de defensores del Mercosur. Bibliografía.
Rústica, 188 pág., ISBN 978-987-26936-1-9
Pedidos al:
http://www.edicionesdidot.com
15-6624-5381
Lanzamiento edicionesDidot 2011!!
Sumario. Presentación. Thomas Hobbes ¿Amigo o enemigo? Las austeras instituciones que nos permiten pensar
en los orígenes de la prisión. El castigo en el pensamiento ilustrado. La espada de Damocles del derecho penal o sobre la suspensión condicional de la pena. Justificación del castigo e inflación penal a fines del Siglo XX en los Estados Unidos de América. Ciento cuatro jóvenes muertos en una prisión hondureña. América Latina como institución de secuestro. Sobre una reforma legal que anuló el control jurisdiccional de la ejecución de la pena en sede federal. "Observatorio de Centros de Privación de Libertad" del bloque de defensores del Mercosur. Bibliografía.
Rústica, 188 pág., ISBN 978-987-26936-1-9
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