Lanzamiento de la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos

La Fundación Luisa Hairabedian presenta la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos que tiene como objetivo informar sobre congresos, actualidad, seminarios, publicaciones, conferencias, bibliografía y postgrados relacionados a Ciencias Sociales, Estudios sobre Genocidio, Diáspora Armenia y temáticas afines

lunes, 5 de noviembre de 2012

Una fotografía conecta a Alemania con el Genocidio Armenio de 1915

Un episodio hasta ahora desconocido
La fotografía -hasta ahora nunca publicada- al parecer fue tomada en el verano de 1915. Hay cráneos humanos dispersos por toda la tierra. Son todo lo que queda de un puñado de armenios masacrados por los turcos otomanos durante la Primera Guerra Mundial. Detrás de las calaveras, posando para la cámara, hay tres oficiales turcos con sombreros altos y blandos y un hombre, en el extremo derecho, vestido con ropas kurdas. Pero los otros dos hombres son alemanes, ambos vestidos con gorras militares planas, cinturones y túnicas de la Kaiserreichs Heer, el Ejército Imperial alemán. Es una instantánea atroz, igual que las fotos que los nazis tomaban de sus soldados posando con las víctimas del Holocausto Judío, un cuarto de siglo más tarde.
¿Los alemanes participaron en la matanza masiva de armenios cristianos en 1915? Esta no es la primera foto de este tipo, sin embargo hasta ahora los alemanes fueron, en gran parte, absueltos de los delitos de lesa humanidad durante el primer holocausto del Siglo XX. Los diplomáticos alemanes en las provincias turcas durante la Primera Guerra Mundial registraron las deportaciones forzadas y asesinatos en masa de un millón y medio de civiles armenios con horror y denuncias hacia los turcos otomanos, llamando “escoria” a los asesinos de la milicia turca asesinos. Los parlamentarios alemanes condenaron la masacre en el Reichstag.
De hecho, un oficial médico del ejército alemán, Armin Wegner, arriesgó su vida para tomar fotografías desgarradoras de moribundos y muertos armenios durante el genocidio.
En 1933, Wegner le suplicó a Hitler en nombre de los alemanes judíos, preguntando qué sería de Alemania si continuaba su persecución. Fue detenido y torturado por la Gestapo y hoy es reconocido en el memorial Yad Vashem del Holocausto Judío en Israel y algunas de sus cenizas están depositadas en el Museo del Genocidio Armenio en la capital, Ereván.
Es la misma institución armenia y su enérgico director, Hayk Demoyan, quien descubrió esta nueva fotografía. Se encontró con otras imágenes de turcos de pie junto a los cráneos, en fotografías adjuntas al testimonio de un sobreviviente perdido.
Todas parecen haber sido tomadas en un lugar identificado como “Yerznka”, la ciudad de Erzingan, donde muchos de sus habitantes fueron asesinados en el camino a Erzurum. Erzingan fue capturada brevemente por el general ruso, Nikolai Yudenich, venciendo al Tercer Ejército turco en junio de 1916, y los armenios que luchaban del lado de Rusia fueron capaces de reunir la evidencia fotográfica y documental del genocidio contra su pueblo el año anterior. Periódicos rusos -también archivados en el museo de Ereván- editaron fotografías gráficas de los campos de la muerte. Luego, los rusos se vieron obligados a retirarse.
Wegner tomó muchas fotografías al final del camino de deportación en lo que hoy es el norte de Siria, donde decenas de miles de armenios murieron de cólera y disentería en los campos de concentración primitivos.
Sin embargo, el museo en Ereván descubrió recientemente más fotos tomadas en Rakka y Ras al-Ayn, al parecer en secreto por los sobrevivientes armenios. Una imagen, subtitulada en armenio como “Caravana de refugiados armenios en Ras al-Ayn” muestra tiendas de campaña y refugiados. La fotografía parece haber sido tomada desde un balcón con vistas al campo.
Otra, subtitulada en alemán como “Campo armenio en Rakka”, pudo haber sido tomada por uno de los colegas militares de Wegner, mostrando un número de hombres y mujeres entre tiendas de campaña de aspecto gris.
Por desgracia, casi todos los armenios que sobrevivieron a las marchas de la muerte de 1915 en Ras al-Ayn y Rakka fueron ejecutados el año siguiente, cuando los alcanzó el genocidio turco-otomano.
Algunos cónsules alemanes se manifestaron en contra de Turquía. El historiador armenio-americano Peter Balakian describió a un alemán protestante que se quejó con Berlín diciendo que “desde finales de mayo, se ordenó la deportación de la población armenia de todos los Vilayatos (gobernaciones) de Anatolia y Cilicia en las estepas de Arabia al sur del ferrocarril de Bagdad-Berlín”.
Mientras el Deutsche Bank financiaba el ferrocarril, sus funcionarios se horrorizaban al ver su material rodante lleno de hombres armenios deportados y transportados a los lugares de ejecución. Por otra parte, el profesor Balakian y otros historiadores indagaron cómo algunos de los testigos alemanes del holocausto armenio, tuvieron un rol en el régimen nazi.
Konstantin Freiherr von Neurath, por ejemplo, trabajó en el Cuarto Ejército turco en 1915 con instrucciones de controlar las “operaciones” contra los armenios, y más tarde se convirtió en Ministro de Asuntos Exteriores de Hitler y “Protector de Bohemia y Moravia”durante el terror de Reinhard Heydrich en Checoslovaquia. Friedrich Werner von der Schulenburg fue cónsul en Erzerum de 1915 a 1916 y más tarde embajador de Hitler en Moscú.
Rudolf Hoess era un capitán del ejército alemán en Turquía en 1916. De 1940 a 1943, fue comandante del campo de exterminio de Auschwitz y luego subinspector de campos de concentración en la sede de la SS. Fue declarado culpable y ahorcado por los polacos en Auschwitz en 1947. Puede que nunca sepamos, sin embargo, la identidad de los dos oficiales que se encontraban parados tan despreocupadamente junto a los cráneos de Erzingan.

Robert Fisk
The Independent

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