- Miércoles, 25 Julio 2012
La visita del canciller a Sudamérica, encabezando una delegación de empresarios, evidencia el propósito declarado en reiteradas ocasiones por funcionarios azeríes, de torcer la posición de aquellos países que se han pronunciado por una resolución pacífica del conflicto de Nagorno-Karabagh, entre los que Uruguay ha tenido y tiene un rol destacado.
Azerbaiyán mantiene desde el colapso de la Unión Soviética un diferendo por la región de Nagorno-Karabagh, que pese a su población y pertenencia histórica armenia, fue incorporada por Stalin a la R.S.S. de Azerbaiyán en 1921. En 1988 la población de Karabagh demandó su anexión a la R.S.S. de Armenia, de acuerdo al marco constitucional de la U.R.S.S. La violenta represión desatada contra los ciudadanos de origen armenio en las principales ciudades de Azerbaiyán derivó rápidamente en una agresión militar de proporciones contra la población civil de Nagorno Karabagh, que con la desintegración de la U.R.S.S. resolvió -por referéndum- proclamarse república independiente en 1991. Tras un conflicto sangriento, que dejó un saldo de 30.000 muertos y miles de desplazados, las autoridades de Armenia, Nagorno-Karbagh y Azerbaiyán acordaron un precario cese al fuego en Bishkek en 1994, que se mantiene hasta el día de hoy.
Desde entonces el Grupo de Minsk de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa) desarrolla negociaciones entre Armenia, Nagorno Karabagh y Azerbaiyán tendientes a una resolución pacífica del conflicto.
Uruguay ha contribuido tempranamente a la paz y estabilidad en la región, tanto a través de declaraciones de su parlamento (1991,1996), como por la posición expresada por el Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Luis Almagro en visita oficial a Armenia (4/5/12), donde estableció claramente que el conflicto debe resolverse “sobre la base de los principios formulados por el Grupo de Minsk de la OSCE” y teniendo en cuenta que “la autodeterminación es muy importante aquí, ya que la población de Nagorno Karabagh no es una población trasplantada, como sucede en otros lugares”.
Como parte del proceso de respaldo a una solución pacífica, legisladores de todos los partidos políticos se entrevistaron en el Palacio Legislativo con el Presidente de la República de Nagorno Karabagh, Bakó Sahakian, durante su visita a Uruguay, en diciembre de 2011.
Recientemente, la diputada Susana Pereyra participó en carácter de observadora internacional de los comicios presidenciales en la República de Nagorno Karabagh del 19 de julio pasado, integrando una misión compuesta por participantes de decenas de países.
Frente al respaldo internacional a las negociaciones desarrolladas en el marco del Grupo de Minsk, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev (miembro de una dinastía que gobierna el país desde hace casi 40 años), ha respondido incitando al odio contra los armenios y amenazado con el retorno de las acciones militares contra la población de Nagorno Karabagh.
El pasado 28 de febrero el presidente Aliev declaró que “Nuestros principales enemigos son los armenios de todo el mundo y los políticos hipócritas y corruptos bajo su control”, en tanto su embajador en Irán se apresuró a aclarar que la compra de armamento a Israel por 1.6 mil millones de dólares, anunciado dos días antes, se llevó a cabo “para liberar las tierras ocupadas de Azerbaiyán”. La escalada armamentista de Azerbaiyán ha llevado a que el gasto militar alcance el 20% de su presupuesto estatal, una cifra superior al presupuesto total de Armenia.
El déficit democrático de Azerbaiyán ha sido denunciado por organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, e incluso el Parlamento Europeo, por la dispersión violenta de concentraciones pacíficas y el encarcelamiento, maltrato y tortura de manifestantes; el enjuiciamiento de cyberactivistas por causas fraudulentas y el ataque y censura a los medios de expresión por causas absurdas como “abusar de la libertad de discurso y de los derechos del periodista”.
El Consejo Causa Armenia del Uruguay considera imprescindible que la visita del canciller de Azerbaiyán sea analizada por el pueblo uruguayo y sus autoridades en el marco de este grave estado de situación, que combina las violaciones a los Derechos Humanos más elementales de su población, las declaraciones xenófobas contra los armenios del mundo y las amenazas concretas de reiniciar los ataques contra la población de Nagorno Karabagh, a las que Uruguay se ha opuesto clara y sistemáticamente desde siempre.