Este año se cumplen 36 años de la Quema de libros de la Editorial Eudeba. Desde el Programa Educación y Memoria deseamos recordar esta fecha para no olvidarnos de que la cultura fue uno de los campos en disputa durante la última dictadura cívico-militar.
Durante los siete años que duró el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, la censura se había instalado como uno de los mecanismos de control y adoctrinamiento predilectos del gobierno de facto. El 27 de febrero de 1977 con el objetivo de evitar que aquellos libros considerados “subversivos” fueran leídos masivamente, se quemaron casi noventa mil ejemplares de la Editorial Eudeba.
Esta práctica “purificadora del ser nacional”, según expresaban sus ejecutores, formaba parte de un plan sistemático de aniquilamiento cultural. La existencia de ese plan pudo comprobarse a partir del hallazgo de documentación que había permanecido oculta en la sede del Banco Nacional de Desarrollo (Banade), en Buenos Aires.
Entre los libros incinerados se encontraban obras de Proust, García Márquez, Neruda, Cortázar, Saint-Exupéry y Galeano, entre otros. Hoy, el Museo de la Memoria exhibe documentos, libros y testimonios sobre el plan de represión cultural puesto en marcha en 1976.
Queremos rescatar este episodio histórico que ha tenido lugar en nuestro país durante el terrorismo de Estado y reivindicar, así, el valor democrático de la libertad en materia cultural.
Durante los siete años que duró el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, la censura se había instalado como uno de los mecanismos de control y adoctrinamiento predilectos del gobierno de facto. El 27 de febrero de 1977 con el objetivo de evitar que aquellos libros considerados “subversivos” fueran leídos masivamente, se quemaron casi noventa mil ejemplares de la Editorial Eudeba.
Esta práctica “purificadora del ser nacional”, según expresaban sus ejecutores, formaba parte de un plan sistemático de aniquilamiento cultural. La existencia de ese plan pudo comprobarse a partir del hallazgo de documentación que había permanecido oculta en la sede del Banco Nacional de Desarrollo (Banade), en Buenos Aires.
Entre los libros incinerados se encontraban obras de Proust, García Márquez, Neruda, Cortázar, Saint-Exupéry y Galeano, entre otros. Hoy, el Museo de la Memoria exhibe documentos, libros y testimonios sobre el plan de represión cultural puesto en marcha en 1976.
Queremos rescatar este episodio histórico que ha tenido lugar en nuestro país durante el terrorismo de Estado y reivindicar, así, el valor democrático de la libertad en materia cultural.