Por Harut Sassounian
Editor The California Courier
Casi un siglo después del hecho, la República de Turquía continúa deshonrándose ante su persistente negación del Genocidio armenio.
Durante su visita a Armenia a principios de este mes, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, condenó a Turquía, al declarar que 96 años es tiempo suficiente para que Ankara llegue a un acuerdo con sus crímenes genocidas. También amenazó con aprobar una ley que castiga la negación del genocidio armenio, a menos que Turquía lo reconozca en un futuro próximo.
En lugar de hacer caso a los consejos del presidente Sarkozy, los líderes turcos respondieron atacándolo e isnultando a su país. Aquí, algunas de sus declaraciones de rechazo:
- El primer ministro Erdogan: "Debería él (Sarkozy) escuchar su propio consejo. Él es diferente en Francia, diferente en Armenia, y más diferente aún en Turquía. No puede haber un líder político con tantas caras. La política requiere honestidad ... Usted debería saber que Turquía no es un bocado fácil de tragar. "
- Ministro de Relaciones Exteriores Davutoglu: "Francia debe enfrentar su propia historia que cuenta comentarios como el oportunismo político".
- Ministro de la Unión Europea Egemen Bagis: "Si Sarkozy trabajara más en cómo sacar a su país de la turbulencia económica en vez de asumir el papel de un historiador, sería más útil para Francia y Europa".
- Devlet Bahceli, líder del opositor Partido del Movimiento Nacionalista (MHP): El Presidente francés es un hombre "grosero y maleducado". "Nuestro consejo a Sarkozy es que si quiere ver un ejemplo de genocidio, debe mirar hacia atrás en su historia. Se podrá ver claramente las atrocidades cometidas en Argelia y se dará cuenta de las masacres explícita o implícitamente, en el norte de África."
Los ataques de los turcos a Francia incluyó demostraciones frente al Consulado de Francia en Estambul la semana pasada, donde los manifestantes mostraban retratos del presidente Sarkozy con el bigote de Adolfo Hitler y denunciaron los presuntos crímenes cometidos por Francia en la guerra de Argelia.
Extrañamente, las autoridades turcas no van más allá de las meras palabras para denunciar a Sarkozy sobre sus declaraciones con respecto al genocidio armenio. Faltaron las llamadas habituales del embajador de Turquía y las amenazas de boicotear los productos franceses. ¡No hubo mordida en su ladrido!
El presidente francés no se inmutó por las explosiones de Turquía. A su regreso a París, envió una carta al presidente Serge Sarkisian reafirmando sus previas declaraciones en Armenia: " Tenga la seguridad de que Francia no dejará su compromiso, siempre y cuando las masacres no sean debidamente reconocidas por los descendientes de los autores". Sarkozy llegó a afirmar que él se encontró "más que nada, profundamente conmovido frente al monumento memorial del genocidio, mientras rendía homenaje a la memoria de las víctimas de la pena de muerte llevada a cabo contra el pueblo armenio el 24 de abril de 1915”. Cuando el presidente francés se enteró de la airada reacción turca a sus declaraciones en Ereván, dijo a sus asesores que no se arrepiente: "Los turcos siempre me han odiado, por lo que no es ningún problema."
Algunos parlamentarios franceses se mostraron furiosos al enterarse de que el primer ministro Erdogan había acusado a Sarkozy de tener dos caras. Dirigieron insultos al líder turco con exclamaciones de burla en el Parlamento francés.
El exembajador Omer Engin Lutem, expresó su preocupación ante el hecho de que si Francia prohíbe la negación del genocidio armenio, esto daría lugar a otros países europeos a seguir su ejemplo. Advirtió a la opinión pública turca que esta determinación en la víspera del 100 º aniversario del Genocidio Armenio constituiría una importante victoria para los armenios.
Murat Belge, un abierto activista de derechos humanos en Turquía, se opuso a la reacción negativa de los líderes de su país. Audazmente condenó todos los que afirmaban que "los turcos son gente buena, que no matan o cometen genocidio." Tales declaraciones son "calumniosas", declaró Belge.
Otro prominente académico y columnista, Ahmet Insel, reprochó al primer ministro Erdogan lo expresado aSarkozy con respecto a mirar su propio pasado colonial de Francia. Insel se preguntó si realmente sería Erdogan quien fuera a reconocer el Genocidio Armenio y si Francia se enfrentaría a su propia historia. Y qué haría Turquía en el caso que la misma sugerencia proviniera de un país que no tiene páginas oscuras en su historia. Insel observó que este es el mismo Ministro de Gobierno que afirmaba que todos los archivos otomanos están abiertos, mientras su gobierno bloquea la publicación de estos documentos en Internet.
Como un diplomático iraní señaló recientemente: "El genocidio armenio es una espada de Damocles que pende sobre la cabeza de Turquía." Tarde o temprano, algún líder turco inteligente deberá caer en cuentas que el reconocimiento del Genocidio Armenio es más beneficioso para Turquía que su negación continua.
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