Dirige la Fundación Luisa Hairabedian, creada en 2005 en homenaje a su madre, abogada y militante histórica por los Derechos Humanos en el país. Y desciende, por esa corriente familiar, de armenios que sufrieron la dominación turca entre 1915 y 1923. Escapando de aquella matanza, la familia de su abuelo Gregorio se instaló en Córdoba en plena ola inmigratoria de principios del siglo pasado, y logró que Argentina fuera el primer país en el mundo -y hasta ahora, el único- en reconocer jurídicamente como genocidio lo perpetrado por Turquía sobre la población de Armenia. "Pero lo más importante -explica Federico Gaitan Hairabedian- es que gracias a los avances logrados por los tribunales argentinos en materia de justicia universal, mi abuelo pudo demostrar que los crímenes sufridos por sus compatriotas no fueron comunes, sino que por su violencia y monstruosidad, afectaron a un ámbito más general, y corresponde catalogarlos como de lesa humanidad".
–¿Cuándo vinieron esos integrantes de su familia?
–En los años treinta, corridos por lo terrible que fue aquel genocidio. Argentina era una nación que recibía con las manos abiertas a muchas corrientes de distintas procedencias. Pero no olvidemos que entre las décadas del '30 y el '80, las dictaduras eran comunes. Por eso, acá siguieron sufriendo persecución.
–¿De qué manera?
–Los brazos de la represión no eran propios de un país, sino que se extendían de formas inimaginables. En una reciente investigación, por ejemplo, pudimos determinar que un mariscal del imperio alemán que había asesorado a José Uriburu, también prestaba servicios para Turquía. Te cuento una anécdota: en Córdoba, durante la última dictadura militar, una patota comandada por Luciano Menéndez entró a las patadas a la casa donde vivía mi bisabuela. Analfabeta, y sin saber castellano ni lo que pasaba políticamente en ese momento, lo primero que gritó ella fue "¡Volvieron los turcos!", desesperada.
–El terror no tiene fronteras...
–Por supuesto. Y los crímenes de lesa humanidad, tampoco. Aquí, las políticas de Derechos Humanos de la última década fueron tan importantes que, además, sirvieron para dar respuestas a víctimas de otros procesos represivos. Como el turco, o lo ocurrido durante el franquismo en España.
–¿De qué manera investigó Gregorio lo que vivió la familia?
–En 2001 solicitó a los Tribunales argentinos que juzgaran a los turcos, explicando que los crímenes de lesa humanidad trascienden a los países. Y usó como ejemplo el pedido de extradición de Augusto Pinochet impulsado por Garzón. Pero mi abuelo también puso como ejemplo un principio denominado "Juicio por la Verdad", que después se utilizó para determinar a los responsables de los vuelos de la muerte. El proceso terminó en 2011, cuando la justicia argentina dictaminó que los armenios habían sufrido un genocidio. Eso también había sido reconocido por el Congreso Nacional, a través de una ley de 2006. Argentina es vanguardia mundial en la lucha contra los delitos de lesa humanidad.
Fuente: http://tiempo.infonews.com/nota/185168/una-lucha-que-se-convirtio-en-vanguardia