Por Claudio Leiva - Diario De Cuyo
El Tribunal Oral que lleva adelante el proceso está integrado por los jueces Héctor Cortés, que es el presidente, Alejandro Piña y Fourcade. Pero este último tuvo una complicación en su salud por lo que incluso fue operado y debe guardar reposo durante unos días. Por esa razón, el organismo emitió un acta de debate, que lleva el número 50, mediante la que se dispuso suspender las audiencias, citando lo establecido en el Código Procesal Penal de la Nación. El citado Código, en el artículo 365, consigna que las audiencias podrán suspenderse “si algún juez, fiscal o defensor se enfermare”, como ha ocurrido en este caso. El plazo máximo de suspensión es hasta de 30 días hábiles.
La última audiencia tuvo lugar el 8 de agosto (ver aparte), cuando se llevó adelante una inspección ocular por la desaparición de la joven María Ana Erize. Y todavía resta para que se cumpla el plazo estipulado en el Código. El problema es que tratándose de un proceso tan largo, que comenzó el 7 de noviembre del año pasado y que incluso podría llegar a prolongarse hasta mediados del año que viene, no existe la figura del “juez sustituto”.
La ley establece que tres jueces del Tribunal deben estar presentes en todas las audiencias. Y si alguno de ellos no puede concurrir, se puede pasar a un cuarto intermedio de 10 días hábiles, que se pueden ampliar a 30, según una modificación realizada en el Código. Pero, además, debería haber un cuarto juez, que incluso podría hacer preguntas durante los debates, pero que no deliberaría junto a sus colegas cuando deban definir alguna cuestión del juicio. Sólo estaría presente para impedir que el proceso se caiga y sea declarado nulo, con lo cual todo el trámite debería comenzar de nuevo.
La razón de los plazos es para que el proceso no pierda inmediatez con los datos que se ventilan en el proceso y con los testimonios de los testigos. Pero la cuestión se complica en un proceso tan largo como éste, que perfila aún para continuar durante buena parte del 2013.
La encargada de confeccionar la lista de conjueces o jueces sustitutos, que debe ser comunicada a las partes, es la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Si el juez Fourcade no se reincorpora, corre peligro la continuidad del proceso.
La continuidad del megajuicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal por delitos de lesa humanidad cometidos en San Juan durante la dictadura militar depende de la salud del juez Raúl Alberto Fourcade. El magistrado padece de colecistitis aguda, es decir una inflamación de la vesícula biliar, por lo que incluso fue intervenido quirúrgicamente, y hasta tanto no se recupere las audiencias no podrán continuar. Incluso el Tribunal ya tuvo que suspender el proceso a la espera de la evolución de la salud del camarista puntano. Lo peor es que si el magistrado no se pudiera reincorporar, corre peligro la continuidad del megajuicio porque no hay un juez sustituto.El Tribunal Oral que lleva adelante el proceso está integrado por los jueces Héctor Cortés, que es el presidente, Alejandro Piña y Fourcade. Pero este último tuvo una complicación en su salud por lo que incluso fue operado y debe guardar reposo durante unos días. Por esa razón, el organismo emitió un acta de debate, que lleva el número 50, mediante la que se dispuso suspender las audiencias, citando lo establecido en el Código Procesal Penal de la Nación. El citado Código, en el artículo 365, consigna que las audiencias podrán suspenderse “si algún juez, fiscal o defensor se enfermare”, como ha ocurrido en este caso. El plazo máximo de suspensión es hasta de 30 días hábiles.
La última audiencia tuvo lugar el 8 de agosto (ver aparte), cuando se llevó adelante una inspección ocular por la desaparición de la joven María Ana Erize. Y todavía resta para que se cumpla el plazo estipulado en el Código. El problema es que tratándose de un proceso tan largo, que comenzó el 7 de noviembre del año pasado y que incluso podría llegar a prolongarse hasta mediados del año que viene, no existe la figura del “juez sustituto”.
La ley establece que tres jueces del Tribunal deben estar presentes en todas las audiencias. Y si alguno de ellos no puede concurrir, se puede pasar a un cuarto intermedio de 10 días hábiles, que se pueden ampliar a 30, según una modificación realizada en el Código. Pero, además, debería haber un cuarto juez, que incluso podría hacer preguntas durante los debates, pero que no deliberaría junto a sus colegas cuando deban definir alguna cuestión del juicio. Sólo estaría presente para impedir que el proceso se caiga y sea declarado nulo, con lo cual todo el trámite debería comenzar de nuevo.
La razón de los plazos es para que el proceso no pierda inmediatez con los datos que se ventilan en el proceso y con los testimonios de los testigos. Pero la cuestión se complica en un proceso tan largo como éste, que perfila aún para continuar durante buena parte del 2013.
La encargada de confeccionar la lista de conjueces o jueces sustitutos, que debe ser comunicada a las partes, es la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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