La Escuela Nº5 del barrio porteño de Flores se vistió de fiesta para conmemorar el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. En articulación con el Programa Educación y Memoria, el INADI y la institución educativa, se convocó a representantes de la cultura popular argentina.
Alrededor de 200 chicos de 3er a 7mo grado, docentes y autoridades del establecimiento se congregaron en el salón principal para escuchar a los invitados, que transmitieron desde distintas perspectivas sus vivencias y enseñanzas sobre su tradición cultural andina. Entre ellos estaban: Carmen Burgos, abogada y coordinadora de Pueblos Originarios del Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), Teresita Cruz, coplera jujeña, Luis Ampuero, narrador, Emilio Moreno, artista plástico, y la docente Azucena Villegas.
A continuación Teresita saludó a los alumnos/as con una copla que decía así: “¡Bienvenidos a este encuentro cultural, a los Pueblos Originarios es un deber no olvidar!” A este maravilloso momento, le siguió el relato de Luis sobre su experiencia personal como descendiente de campesinos. Contó y enseño a los chicos/as: “Aprendí a amar la tierra. Es importante darle vigor a la tierra para que nos de alimento. Por eso hay que cuidarla y respetarla (…) ¿Por qué lastimamos a la tierra, por qué no le damos el cuidado que necesita? Todos los Pueblos Andinos lo hacemos, cuidamos la tierra para que el día de mañana les sirva a los hijos de nuestros hijos.”
Antes de darle la palabra a Emilio, Carmen resaltó la importancia de la Escuela como canal de transmisión de las raíces. “Para nosotros es importante venir a la Escuela. Es el medio para contar e inculcar la historia del país que somos, y de mostrar la diversidad cultural que existe en nuestra sociedad”.
Rodeado de murales y banderas que mostraban elementos de la cultura indígena, Emilio aportó su mirada artística al encuentro. Explicó a los niños/as algunos simbolismos propios de los Pueblos Originarios presentes en las pinturas, tales como la Pachamama, la cruz andina, el Pucará (que significa fortaleza en el idioma quechua) y el maíz.
Luego, se realizaron dos talleres que permitieron a los chicos vivenciar aspectos de la cultura originaria. Por un lado, el canto de las coplas a cargo de Teresita y, por el otro, el taller de plástica sobre la simbología con Emilio.
Para concluir este encuentro, Azucena Villegas agradeció a todos los presentes haber participado tan activamente de “este momento tan importante para nosotros, de recuperación de nuestras raíces y nuestra identidad. Porque los Pueblos Originarios nos constituyen como personas y como Nación”.
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