Unas 200 personas se concentraron ayer por la mañana en la puerta del antiguo cementerio de San Rafael para realizar una marcha hasta el Peñón del Cuervo que sirvió como primer homenaje a las miles de personas que fueron asesinadas por las tropas franquistas y aliadas en febrero de 1937 en su huida a Almería, un duro y triste momento histórico que se ha conocido popularmente como la desbandá.
Ataviados con banderas republicanas asistieron personas de todas las edades, desde mayores a niños, y, pese al paso de los años, el acto fue emotivo ya que fueron muchos los familiares y amigos que perdieron la vida en esas trágicas jornadas. "Es el recordatorio de lo que fue un auténtico genocidio. Familias enteras huyeron hacia Almería y fueron ametrallados desde dos cruceros y por el aire por los aviones italianos, matando a mujeres, mayores y niños. Es un crimen de guerra que no prescribe nunca", indicó Luis Naranjo, director general de Memoria Democrática.
El recorrido se inició pasadas las 10:00 y, posteriormente, hubo dos paradas en la antigua cárcel provincial, donde se leyó un manifiesto, y otra en el Ayuntamiento de Málaga en la que se pidió el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y la retirada del nombre del parque Pedro Luis Alonso. El acto acabó unas tres horas después en el Peñón del Cuervo, que se señalizó como Lugar de Memoria Histórica.
Este acto ya se ha realizado en anteriores ocasiones aunque ayer fue distinto porque fue organizado por la Junta de Andalucía. "Consideramos que esto es un acto histórico y no exagero nada. Es la primera vez que la Junta interviene organizando y coordinando lo que hasta ahora ha sido una iniciativa de las asociaciones que a veces han actuado de forma descoordenada", indicó Naranjo. De hecho, acudieron al cementerio varios políticos de PSOE e IU como la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés; el delegado del gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo; el portavoz de IU en el Parlamento andaluz, José Antonio Castro; la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez; el delegado provincial de Salud y Bienestar Social, Daniel Pérez; los concejales de IU Eduardo Zorrilla y Antonia Morillas; el ex diputado Antonio Romero; o el secretario general provincial de CCOO, Antonio Herrera. Al Peñón del Cuervo también acudió el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre.
Naranjo subrayó que comenzaron la marcha en el cementerio de San Rafael porque "estas tapias fueron testigo de ese crimen de guerra. Aquí se fusilaron a más de 4.000 personas solo entre el 8 y el 15 de febrero de 1937. Hasta 1944 tenemos testimonios de otros 17.000 asesinatos bien por consejos de guerra sumarísimos que eran una parodia o bien por la aplicación del bando de guerra".
El homenaje a las víctimas no acaba aquí. Hasta el 24 de febrero hay previstos una serie de actos. El 7 de febrero habrá otra marcha desde Vélez Málaga a Torre del Mar en la que se espera contar, organizado por el Foro de la Memoria de la Axarquía, con la participación de medio centenar de supervivientes de aquel genocidio. También habrá otras marchas de corte similar desde Salobreña a Motril, en la provincia de Granada, y en Almería.
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