La fosa común, ubicada en el extremo noroeste de la capital provincial, era utilizada por los represores durante la última dictadura militar. Desde que se inició la causa hace una década, son nueve las identidades recuperadas a partir de los restos hallados en el lugar.
A casi 40 años de la última dictadura, las heridas siguen abiertas, y los familiares, como así también las organizaciones de Derechos Humanos y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, aún velan por devolverle la identidad a los desaparecidos.
Hoy, el juzgado federal Nº 2 de Tucumán, a cargo de Fernando Poviña, comunicó a familiares y a las partes de la causa conocida como del "Pozo de Vargas" la identificación de otros seis desaparecidos entre los restos humanos exhumados de esa fosa común, ubicada en el extremo noroeste de la capital provincial y que era utilizada por los represores durante el gobierno de facto.
La noticia fue hecha pública por la Secretaría de Derechos Humanos local, que también difundió los nombres de una mujer y cinco hombres, cuyos restos se identificaron: Justina Andrea Carrizo, desaparecida el 25 de febrero de 1976; Raimundo Roberto Vega, Segundo Bonifacio Arias, Luis Alejando Lascano y Roque Danum, desaparecidos respectivamente el 12 de enero, el 14 de febrero, el 13 de marzo y el 13 de noviembre de ese mismo año; y Eduardo Nicanor Jiménez, desaparecido el 5 de enero de 1977.
Con estos nuevos nombres, el número "recuperados" entre los restos hallados en esa fosa, un antiguo y profundo aljibe, a la vera de las vías del ferrocarril, que se usaba para alimentar de agua a locomotoras; asciende a nueve. La causa, abierta hace una década, todavía sorprende con respuestas a las búsquedas incansables de más de 30 mil desaparecidos.
A casi 40 años de la última dictadura, las heridas siguen abiertas, y los familiares, como así también las organizaciones de Derechos Humanos y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, aún velan por devolverle la identidad a los desaparecidos.
Hoy, el juzgado federal Nº 2 de Tucumán, a cargo de Fernando Poviña, comunicó a familiares y a las partes de la causa conocida como del "Pozo de Vargas" la identificación de otros seis desaparecidos entre los restos humanos exhumados de esa fosa común, ubicada en el extremo noroeste de la capital provincial y que era utilizada por los represores durante el gobierno de facto.
La noticia fue hecha pública por la Secretaría de Derechos Humanos local, que también difundió los nombres de una mujer y cinco hombres, cuyos restos se identificaron: Justina Andrea Carrizo, desaparecida el 25 de febrero de 1976; Raimundo Roberto Vega, Segundo Bonifacio Arias, Luis Alejando Lascano y Roque Danum, desaparecidos respectivamente el 12 de enero, el 14 de febrero, el 13 de marzo y el 13 de noviembre de ese mismo año; y Eduardo Nicanor Jiménez, desaparecido el 5 de enero de 1977.
Con estos nuevos nombres, el número "recuperados" entre los restos hallados en esa fosa, un antiguo y profundo aljibe, a la vera de las vías del ferrocarril, que se usaba para alimentar de agua a locomotoras; asciende a nueve. La causa, abierta hace una década, todavía sorprende con respuestas a las búsquedas incansables de más de 30 mil desaparecidos.
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