Una crónica escrita por una de las ganadoras del 3º Concurso Literario “De Ana Frank a nuestros días” 2012 que conocieron la Casa de Ana Frank en Holanda
Cuando llegamos a la casa de Ana Frank, sentí un escalofrío. No podía creer que estaba allí presente. Al entrar tuve una mezcla de sensaciones. A medida que recorríamos el museo, me iba acordando de cada palabra que había leído en el Diario de Ana Frank. Fue una experiencia fascinante. Es imposible que no resulte conmovedora. Tener la posibilidad de estar presente en un lugar descripto en lo que uno leyó, es increíble. Ir subiendo por las escaleras, entrar a cada habitación donde estuvieron los escondidos fue una experiencia única. Mientras recorríamos todo el lugar, no hablábamos entre nosotros: silenciosamente mirábamos cada lugar, leíamos las citas del diario que estaban en las paredes.
Me acuerdo que el mismo día que visitamos el museo, a la noche regresamos. Estábamos toda la delegación solos allí. Se nos indicó a todos los jóvenes rodear la vidriera donde estaba ubicado el Diario de Ana, y agarrarnos de las manos. Tomados de las manos tuvimos que expresar nuestras reflexiones. Ese momento fue muy conmovedor para todos nosotros, porque estábamos allí solos en presencia del Diario que nos había inspirado a escribir y a seguir pensando en la lucha por los derechos humanos.
Visitamos también La Haya, la ciudad administrativa de los Países Bajos. Pudimos conocer la Corte Penal Internacional, que por cierto no es un lugar turístico. Entonces tener esta posibilidad de entrar allí y tener charlas con algunos de los miembros de los distintos órganos de la Corte fue una gran experiencia. Nos hablaron sobre la organización, el funcionamiento, los tipos de crímenes que se juzgan según el Estatuto de Roma, etc. Seguidamente, visitamos el Parlamento Holandés. Allí nos recibieron miembros de un partido político holandés y nos dieron la posibilidad de estar en una sala del Parlamento y contar sobre nuestros trabajos y proyectos que habíamos realizado para el concurso.
Los testimonios de los sobrevivientes de la Shoá y de los que integraron la Resistencia fueron muy emocionantes y enriquecedores para nosotros. Estos testimonios nos permitieron entender más y ampliar nuestros conocimientos. Este tipo de información no se puede encontrar en libros históricos o documentos, son historias personales que quedarán guardados en nuestra memoria. Y la memora es una herramienta fundamental.
Las visitas al Museo de la Resistencia y al museo de ciencias y cultura de La Haya, Museon, fueron muy interesantes. En el primero pudimos identificar distintos tipos de resistencia en la época de la segunda guerra mundial, como ayudas a los escondidos, huelgas, periódicos clandestinos, falsificación de documentos y la resistencia armada. En el segundo, se exhiben objetos personales ya sean de sobrevivientes o no, fotos, videos que nos permitieron realizar un recorrido por el pasado, etc. Es un museo interactivo donde los visitantes deben experimentar y de esa manera aprender; es decir que deben intervenir y no solo estar en el papel de observador. Además de esta temática, hay exposiciones distintas exposiciones de ciencias.
Con la delegación viajamos a Brujas, Bélgica. Es una ciudad medieval, un ambiente mágico. Era como retroceder en el tiempo y entrar a la Edad Media. Los distintos estilos de la arquitectura del lugar nos sorprendieron. Las murallas, las torres y casi todo los establecimientos se conservaron y siguen intactas.
Les agradezco muchísimo a todos los integrantes de la Fundación Luisa Hairabedian por brindarme esta oportunidad. Expreso mis más sinceros agradecimientos a los miembros del INADI y a los integrantes del Centro Ana Frank Argentina que en conjunto me posibilitaron los trámites para que este viaje soñado tuviera lugar. Hicieron que siga creyendo en mí y en mis sueños.
Muchas Gracias,
Laura H.
Para mas info visite http://anafrankar.wordpress.com/
Grande Laura! :D
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