El 9 de septiembre, durante un seminario organizado por el Consejo Pro Causa Armenia del Uruguay y el Grupo de Amistad Interparlamentaria Uruguay-Armenia en Montevideo, el canciller uruguayo Luis Almagro realizó declaraciones que fueron interpretadas como un apoyo explícito al reconocimiento de la independencia de la República de Alto Karabagh. Inmediatamwnte comenzó un nuevo capítulo de la guerra diplomática armenio-azerbaijana, de lo cual da cuenta la nota que presentamos a continuación, publicada el 16 de septiembre con la firma de una periodista armenia en Ereván y un periodista azerbaijaní en Bakú. Es importante advertir al lector que hemos mantenido la fidelidad al texto original, aunque términos como “territorio separatista”(Karabagh no se separó de Azerbaiján, que no había declarado su independencia por entonces), “presidente de facto” (Bakó Sahakián fue elegido en elecciones populares multipartidarias), y el esperpento lingüístico “Nagorno-Karabagh” (oficializado, lamentablemente, por la propia república) sean harto discutibles.
De acuerdo con la transcripción ofrecida por el semanario “Armenia” de Buenos Aires (16 de septiembre de 2011), Almagro habría dicho:
“Estamos examinando la cuestión de Nagorno Karabagh a fin de presentar una posición oficial de nuestro gobierno al respecto. Personalmente, estoy convencido de que Nagorno Karabagh es parte íntima de Armenia y debe ser independiente, y en un corto lapso unificarse con Armenia. Esta es la única solución a la cuestión de Artsaj”.
Curiosamente, la transcripción presentada en el sitio web del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica no incluye esta formulación, que el mismo 9 de septiembre fuera reproducida en inglés por medios armenio-estadounidenses como “Asbarez” y “The Armenian Weekly,” obviamente partiendo de fuentes sudamericanas (hemos corregido faltas de ortografía y omisiones de transcripción, marcadas con corchetes, de acuerdo con la versión en audio disponible en YouTube). Evidentemente, la versión de “Armenia” es una paráfrasis de lo que Almagro realmente dijo –ante la ausencia de una “versión oficial”, la siguiente es lo que más se aproxima a “versión no oficial” ---, aunque la contradicción es flagrante, además de inexplicable:
“No sólo queremos las mejores relaciones con todos los pueblos, como la quiere Armenia, pero no queremos ser condicionados tampoco en esta amistad que tenemos con este país. Creemos, y hemos analizado el tema exhaustivamente, [el tema] Nagorno Karabagh, [y vamos a...] estamos buscando los consensos, y vamos a seguir buscando los con[s]e[n]sos nacionales para tomar una decisión de Estado al respecto. Nosotros[,] personalmente[,] entendemos que Nagorno Karabagh es, está íntimamente ligado a Armenia, su población armenia, y que o su independencia o su ligazón con Armenia en el futuro es el mejor camino para Nagorno Karabagh.
Esta es una definición fuerte, [y] que obviamente va a pegar por ahí, como tantas otras que hemos tomado antes, pero estén seguros de nuestras convicciones y [estén seguros] de esta amistad basada en principios”.
Las palabras de Almagro indican explícitamente su posiciónpersonal sobre el tema, pero, obviamente, la tergiversación de los medios azerbaijaníes es indefendible y se justifican los temores de los analistas azeríes sobre “las medidas contrarias a Azerbaiján” que Uruguay podría adoptar. No obstante, aunque un hipotético reconocimiento de Uruguay probablemente no precipitaría una catarata y sería más trascendente que los reconocimientos de la independencia de Abjazia por parte de Nicaragua o Venezuela, es razonable suponer que no cambiaría sustancialmente la situación de Armenia y Karabagh, tal como el reconocimiento del genocidio en 1965 no tuvo consecuencias políticas en el futuro mediato.
Hay un proverbio en castellano que dice “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Este proverbio parece aplicarse a la disposición de Uruguay a reconocer la independencia del territorio separatista de Nagorno-Karabagh.
La controversia comenzó el 9 de septiembre, cuando medios armenios publicaron comentarios atribuidos al ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Luis Almagro, quien supuestamente ofreció un endoso entusiasta de la independencia de Karabagh, junto con su respaldo a la eventual unión del territorio con Armenia.
Medios de prensa azerbaijaníes rápidamente disputaron que Almagro hubiera realmente expresado su apoyo a la independencia de Karabagh. Por el contrario, citando una transcripción del discurso reproducida por una organización diaspórica armenia en América Latina, los informes de los medios azerbaijaníes afirmaron que Almagro solamente reconoció que los mismos armenios creen que la independencia es “la mejor vía” para Karabagh, junto con fuertes lazos con Armenia.
El ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay no ha comentado sobre las variadas interpretaciones de las observaciones de Almagro, ni ha reproducido su propia transcripción del discurso. Se estima que unos 20.000 miembros de la Diáspora armenia viven en Uruguay. En 1965, el estado latinoamericano se convirtió en el primer país del mundo que reconoció la matanza de armenios de 1915 por Turquía otomana como genocidio. Un memorial de la matanza se yergue en Montevideo.
A pesar del continuo silencio de Uruguay, la historia tiene pies en el Cáucaso. En el mismo Karabagh, el supuesto apoyo de Almagro a la independencia de Karabagh fue saludado con sorpresa y gratitud, de acuerdo con David Babayán, vocero del presidente de facto de Karabagh, Bakó Sahakián. Karabagh no ha estado en contacto previo con el gobierno uruguayo, dijo.
”Comprendemos que esto no significa que nuestra independencia será reconocida de inmediato. ... Pero la puerta cerrada ha sido abierta”, continuó Babayán. “Incluso si este proceso toma varios años, estaremos reconocidos a Uruguay de cualquier manera”.
Los analistas azerbaijaníes afirman que los líderes de Karabagh no debieran esperanzarse demasaido. “No es una situación para Uruguay la de ser pionero en un tema tan delicado y complejo”, comentó el analista político Zardusht Alizadé. "La situación con respecto al conflicto de Nagorno-Karabagh es ahora impredecible y todos los países, por el contrario, están tratando de mantenerse al margen”.
Alizadé se preguntó qué gana Uruguay con reconocer a Karabagh como país. La iniciativa “podría dañar seriamente los esfuerzos de países grandes y organizaciones internacionales para resolver el conflicto”, dijo. En Bakú hay quienes quieren que los Estados Unidos se involucren, pero la embajada de EE.UU. en Bakú ya ha dejado en claro que Washington no tiene intenciones de tocar el tema.
Vafa Guluzadé, un ex ayudante senior de política exterior del difunto presidente azerbaijaní Heydar Aliyev, duda que Uruguay llegue al extremo de reconocer la independencia de Karabagh, siendo que ni siquiera Armenia lo ha hecho hasta ahora.
Yervand Bozoyán, analista político armenio independiente, se mostró de acuerdo, al decir que la tensión creciente con Azerbaiján sobre Karabagh evitaría que Armenia tome una decisión semejante. Calificándola como “el punto de vista personal del ministro”, expresó dudas de que la declaración de Almagro “aportará algún cambio sustancial para Armenia y Karabagh”.
El gobierno azerbaijaní, que sostiene que Armenia está tergiversando las afirmaciones de Almagro, ha informado que Montevideo ha asegurado a Bakú que Uruguay respeta la integridad territorial de Azerbaiján.
En Armenia, líderes del movimiento nacionalista Federación Revolucionaria Armenia-Dashnaktsutiún reclamaron crédito por motorizar la declaración de Almagro. “Hemos hecho un trabajo serio en Uruguay en esta dirección”, dijo Giró Manoyán, director de la oficina de Causa Armenia y Asuntos Políticos del partido. “Esto es sólo el comienzo”.
La F.R.A. no es el único partido político en Ereván que ve a Uruguay como punto de partida. El partido opositor Herencia, que quiere que Ereván reconozca la soberanía de Karabagh, afirma que los funcionarios armenios deberían hacer “lobby” con los vecinos latinoamericanos de Uruguay. “Los países de Latinoamérica pueden reconocer la independencia de Artsaj, y la diplomacia armenia debe trabajar en esta dirección”, dijo el líder de la facción parlamentaria del partido Herencia, Stepán Safarián.
"Estos países pueden recurrir a esa movida porque no tienen intereses geopolíticos serios en este región que pudieran frenarlos”, agregó Safarián.
Eso es exactamente lo que Bakú teme, dijo Elhán Shahinoglú, director del Centro de Investigación Atlas de Bakú. Azerbaiján no tiene embajada en Uruguay y no se conocen vínculos activos entre ambos gobiernos. Uruguay ni siquiera figura en la lista de 160 países con los que Azerbaiján tiene un intercambio comercial.
Sin lazos diplomáticos fuertes o comercio, Bakú carece de palancas para influenciar a Uruguay. Además, Montevideo no necesita del apoyo de Azerbaiján en organizaciones internacionales, observó Shahinoglú, a quien preocupa que el continuo silencio de Uruguay en la controversia “podría significar que Montevideo está realmente considerando algunas medidas contrarias a Azerbaiján”.
Cualquier reconocimiento uruguayo de la independencia de Karabagh “podría abrir el camino para algunos otros países pequeños, que no tiene relaciones con Bakú, para hacer lo mismo”, dijo Shahinoglú. “Por supuesto, el número de esos países no será grande, pero incluso si tres o cuatro países lo hacen, será un acontecimiento muy negativo para Azerbaiján”.
Marianna Grigoryán
Shahin Abbasov
“EurasiaNet”
Traducción de Vartán Matiossián
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