Alireza Molla-Soltani fue condenado a muerte el mes pasado por apuñalar al conocido atletaRuhollah Dadashi el 17 de julio durante una discusión de tráfico. El muchacho afirmaba que había sufrido un ataque de pánico y había apuñalado a Ruhollah Dadashi en defensa propia después de que el atleta lo atacara en la oscuridad, según información publicada en medios de comunicación locales.
“La ejecución de un muchacho de 17 años es verdaderamente escandalosa, sobre todo si se realiza en público, puesto que embrutece a todos los que participan, incluidos los espectadores” manifestóHassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Ejecutar a personas –sea cual sea la edad a la que se cometieron los delitos– está estrictamente prohibido por tratados internacionales que Irán ha firmado. Ya es hora de que las autoridades iraníes cumplan en serio con sus obligaciones internacionales y dejen inmediatamente de ejecutar a adolescentes", ha añadido.
El ahorcamiento de Alireza Molla-Soltani se llevó a cabo hacia las 4.55 de la mañana en la plaza de Golshahr de Karaj, donde habían tenido lugar los hechos.
Según comentarios oficiales posteriores, Alireza Molla-Soltani era mayor de 18 años según el calendario islámico, que tiene un ciclo anual más corto, y no había impedimento para llevar a cabo la ejecución.
Amnistía Internacional había pedido a las autoridades iraníes que suspendieran la ejecución y revisaran el caso de Alireza Molla-Soltani.
El muchacho fue detenido al día siguiente de que Ruhollah Dadashi, de acuerdo con los informes, propinara a Alireza Molla-Soltani un puñetazo en la boca y lo golpeara contra el automóvil cuando comenzaron a discutir.
Poco después de la detención del muchacho, el fiscal pidió “una rápida resolución” del asunto. Un tribunal de Karaj lo declaró culpable de “asesinato intencional” y, el 20 de agosto, lo condenó a recibir un castigo equivalente al delito cometido mediante ahorcamiento en público. El Tribunal Supremo de Irán confirmó la condena de muerte el 11 de septiembre.
Poco después de la detención de Alireza Molla-Soltani, un fiscal del Estado solicitó la “rápida resolución” del caso. Un tribunal de Karaj declaró culpable al muchacho de “homicidio premeditado” y, el 20 de agosto, resolvió aplicar la pena de qisas –castigo equivalente al delito cometido– y condenarlo a morir ahorcado en público. El Tribunal Supremo de Irán ratificó la condena a muerte el 11 de septiembre.
“Aunque reconocemos la gravedad del delito de que Alireza Molla-Soltani fue declarado culpable, consideramos que ahorcar a un menor por un acto cometido al parecer en defensa propia es incorrecto y jurídicamente discutible”, ha explicado Hassiba Hadj Sahraoui.
Según el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención sobre los Derechos del Niño, tratados internacionales en los que Irán es Estado Parte, condenar a muerte a personas menores de 18 años en el momento del delito es ilegal.
Irán es uno de los poquísimos Estados que ejecutan todavía a personas por delitos cometidos siendo menores de edad. En abril de este año ejecutó a dos en el puerto meridional de Bandar Abbas. Asimismo, Amnistía Internacional ha recibido informes sobre la ejecución de una tercera,Hashem Hamidi, de 16 años, cerca de Hamidiya, provincia de Juzestán, en abril. Las autoridades no anunciaron la ejecución.
Amnistía Internacional ha documentado más de 400 ejecuciones este año, de las cuales más de 30 han sido públicas. Se han recibido informes de al menos 96 ejecuciones desde principios de mes. No todas estas ejecuciones han sido reconocidas por las autoridades.
Irán sostiene que el ahorcamiento por cometer asesinato no es una ejecución, sino una forma de “resarcimiento” personal para los familiares consanguíneos de la que el Estado no es responsable.
Según el derecho internacional, esta aseveración es inaceptable dado que toda muerte a manos de las autoridades del Estado tras una condena impuesta por un tribunal es una forma de ejecución oficial.
“La ejecución de un muchacho de 17 años es verdaderamente escandalosa, sobre todo si se realiza en público, puesto que embrutece a todos los que participan, incluidos los espectadores” manifestóHassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Ejecutar a personas –sea cual sea la edad a la que se cometieron los delitos– está estrictamente prohibido por tratados internacionales que Irán ha firmado. Ya es hora de que las autoridades iraníes cumplan en serio con sus obligaciones internacionales y dejen inmediatamente de ejecutar a adolescentes", ha añadido.
El ahorcamiento de Alireza Molla-Soltani se llevó a cabo hacia las 4.55 de la mañana en la plaza de Golshahr de Karaj, donde habían tenido lugar los hechos.
Según comentarios oficiales posteriores, Alireza Molla-Soltani era mayor de 18 años según el calendario islámico, que tiene un ciclo anual más corto, y no había impedimento para llevar a cabo la ejecución.
Amnistía Internacional había pedido a las autoridades iraníes que suspendieran la ejecución y revisaran el caso de Alireza Molla-Soltani.
El muchacho fue detenido al día siguiente de que Ruhollah Dadashi, de acuerdo con los informes, propinara a Alireza Molla-Soltani un puñetazo en la boca y lo golpeara contra el automóvil cuando comenzaron a discutir.
Poco después de la detención del muchacho, el fiscal pidió “una rápida resolución” del asunto. Un tribunal de Karaj lo declaró culpable de “asesinato intencional” y, el 20 de agosto, lo condenó a recibir un castigo equivalente al delito cometido mediante ahorcamiento en público. El Tribunal Supremo de Irán confirmó la condena de muerte el 11 de septiembre.
Poco después de la detención de Alireza Molla-Soltani, un fiscal del Estado solicitó la “rápida resolución” del caso. Un tribunal de Karaj declaró culpable al muchacho de “homicidio premeditado” y, el 20 de agosto, resolvió aplicar la pena de qisas –castigo equivalente al delito cometido– y condenarlo a morir ahorcado en público. El Tribunal Supremo de Irán ratificó la condena a muerte el 11 de septiembre.
“Aunque reconocemos la gravedad del delito de que Alireza Molla-Soltani fue declarado culpable, consideramos que ahorcar a un menor por un acto cometido al parecer en defensa propia es incorrecto y jurídicamente discutible”, ha explicado Hassiba Hadj Sahraoui.
Según el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención sobre los Derechos del Niño, tratados internacionales en los que Irán es Estado Parte, condenar a muerte a personas menores de 18 años en el momento del delito es ilegal.
Irán es uno de los poquísimos Estados que ejecutan todavía a personas por delitos cometidos siendo menores de edad. En abril de este año ejecutó a dos en el puerto meridional de Bandar Abbas. Asimismo, Amnistía Internacional ha recibido informes sobre la ejecución de una tercera,Hashem Hamidi, de 16 años, cerca de Hamidiya, provincia de Juzestán, en abril. Las autoridades no anunciaron la ejecución.
Amnistía Internacional ha documentado más de 400 ejecuciones este año, de las cuales más de 30 han sido públicas. Se han recibido informes de al menos 96 ejecuciones desde principios de mes. No todas estas ejecuciones han sido reconocidas por las autoridades.
Irán sostiene que el ahorcamiento por cometer asesinato no es una ejecución, sino una forma de “resarcimiento” personal para los familiares consanguíneos de la que el Estado no es responsable.
Según el derecho internacional, esta aseveración es inaceptable dado que toda muerte a manos de las autoridades del Estado tras una condena impuesta por un tribunal es una forma de ejecución oficial.
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