La líder opositora ruandesa Victoire Ingabire fue hoy condenada a ocho años de cárcel por negar el genocidio de Ruanda (1994) y por delitos de terrorismo.
Ingabire, jefa de las Fuerzas Democráticas Unificadas (FDU), fue sentenciada en el Tribunal Superior de Kigali, donde no estuvo presente por su decisión de boicotear el proceso al considerar que está motivado por causas políticas.
La jueza Alice Rulisa, citada por la web del diario ruandés "The New Times", afirmó que la opositora fue declarada culpable del "delito de conspiración para causar daños a las autoridades mediante el terrorismo y la guerra", por su colaboración con las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).
Rulisa agregó que Ingabire, que se ha declarado inocente de todos los cargos y lleva detenida desde octubre de 2010, fue condenada por el delito de negación del genocidio de 1994, aunque fue exculpada del cargo de "pedir otro genocidio".
Unas 800.000 personas, según cifras de la ONU, fueron asesinadas en el genocidio ruandés, la mayoría de la etnia tutsi, aunque también muchos hutus políticamente moderados.
El cargo relacionado con la negación del genocidio se remonta a un discurso que la líder de la FDU -que es hutu- hizo en enero de 2010, en el que cuestionó por qué el monumento oficial de Ruanda en recuerdo del genocidio no incluye a las víctimas hutus.
No obstante, los abogados de la dirigente opositora han adelantado que presentarán un recurso de apelación contra la sentencia judicial.
Ingabire regresó a su país en enero de 2010 tras su exilio en Holanda, con el fin de concurrir a las elecciones presidenciales celebradas en agosto de ese año, pero las autoridades prohibieron su candidatura y ordenaron después su detención.
El presidente ruandés, Paul Kagame, antiguo líder rebelde cuya milicia tutsi del Frente Patriótico de Ruanda (FPR) puso fin al genocidio, venció en esos comicios y logró un segundo mandato.
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